martes, 20 de enero de 2009

Primavera fuera de esa fecha tonta

Solo dos días de primavera viví en estos dos días, tuve la suerte de poder disfrutar el 24 y 25 de septiembre a pleno sol y casi sin viento. Y realmente los pude vivir, estuve con mis hijos, estuve en la 17, camine nuevamente las calles que cualquiera en Buenos Aires hoy quisiera caminar. Crucé la plaza, sabes que perfume tiene la plaza hoy… cerrá los ojos, acércate, vos sabés el camino, tu cerebro lo ve, caminas por la senda, ahora respira profundo… sentís?, decime si no lo sentís? es hermoso, me envuelvo de los perfumes de las acacias florecidas, las uñas de gato que muestran su corazón, los siempre verdes o cristalinas florecidas, de la flores que se van abriendo de a poco, de los pájaros que vuelven a ser protagonistas, los incansables chingolos, los finos jilgueros, los bien identificados cabecitas negras (ya quedan pocos), y las firmes torcazas.


Plaza Luis Piedrabuena (Claromeco) Salí y caminé por la costanera… la fina y oscura arena se mete en mis zapatos, pero que importa, todo vale, desde acá puedo ver el mar, esta el viento del norte suave, tranquilo, imaginate el mar… celeste, plano, inmenso, a lo lejos las lanchas, una postal.

Recorrí la 26… y llegue a la esquina, para que te voy a decir que esquina, no hace falta que te diga el lugar, solo es otro ejercicio de tu mente, ves…, te robo tiempo, tiempo de tu vida, pero seguro lo compensas con tu vuelta atrás en el tiempo. Hay! los recuerdos, que lindos… pero como duelen la puta que los parió. Pero sigo… es lo mío, es lo nuestro. Todo se renueva, todo vuelve a ser primavera, esto es lo nuevo que va a recibir la gente que venga este verano. Hay algo que puedo notar, la gente de aquí no disfruta de la misma manera. Indudablemente por mis venas corre sangre de Claromecó, la sangre que poca gente tiene, la sangre de quienes amamos un lugar, la sangre con la se nace y algunos otros, los menos, la adquieren con el tiempo.

Voy y vengo por las calles, el sol me pega en la cara, me dirás que tiene de nuevo, que tiene de distinto, en verdad lo tiene todo. Es solo pensar, recordar, en definitiva, vivir. Porque indudablemente hoy Dios se apiado nuevamente de mi, me dio un nuevo día, una nueva jornada en esta aventura de estar por aquí, por la tierra, por Claromecó. Y aquí me detengo, esta última palabra cerro una frase, será la tierra o el paraíso. Yo pienso, cuantos quisieran estar en mi lugar, mis primos y primas habrán soñado como yo vivir en Claromecó, creo que si, en cada verano que uno paso por estos lados, uno soñó. Escuche charlas donde decían y de que vas a vivir, de maestra, de que vas a trabajar, es verdad eso es lo mas duro.

Vivir en Claromecó no es nada fácil, el trabajo, el clima, los costos, todo es mucho, pero si lo amas… que haces ?. Te dejo la respuesta, es algo difícil pensar así, es difícil cambiar, es difícil vivir. Se me hizo y se me hace dificil vivir a diario, por eso te lo cuento, por eso le agradezco a Dios a cada rato en silencio, así solo, lo comparto con vos con estas letras, si te gusta y te hace bien, usemos el Dios o mejor dicho el Cristo de la familia, el que está en la entrada de Claromecó, ese Cristo que nos cuida, ese Cristo que cuida de mis hijos cada día que me voy, y de alguna manera los abandono, el mismo que los cuidará y los guiará, muy pronto, cuando yo no este más.

Besos... yo, en un día hermoso de primavera en el paraíso

No hay comentarios: