martes, 20 de enero de 2009

La llegada y mas...

Ahora estoy en la cocina, cuanto hay para escribir acá. En realidad cuanto hay en cada lugar, por suerte me digo, cuanto viviste Luis, cuanto cariño, cuantos recuerdos, y aunque la película pase a mil por tu cabeza, la tendrás que ir contando de a poco y así, como venga, así con lágrimas en los ojos y las muelas apretadas para no llorar. Para que?, porque no llorar, si fueron cosas buenas y ya no las tenés. Después de varias horas de viaje llegamos. Todavía me queda la vibración del 911 del 38 en los oídos.


Pero llegamos, la última parte manejaste vos, y le diste pata, además tenes que admitir que te gusta agarrar rápido la curva grande. Bajaste primero, sos de terror, te crees el amo de todo, o solo queres ver si tus cosas están en su lugar.

El alambrado esta agarrado desde el pilar del medidor que vos levantaste, la uña de gato viene del terreno de al lado, los pinitos no prendieron, los canteros tienen algo de pasto, los caracoles de adorno están ahí, las cabezas de turco florecidas, el caminito esta a medias, o sea todo esta como siempre, solo falta lo mejor, abrir de una vez la puerta y sentir el característico olor a humedad, recorrer el pasillo y llegar a la puerta que separa el mismo con la cocina, inmensa, con todo lo que hay que sacar cada año al patio de atrás, levantando la persiana que nunca engancha bien, quiero ver todo, las caña de pescar que abandono cada año, y que quedan detrás de la heladera, la red en la piecita chica, donde duerme Zeta, la pala ancha que nos espera para las tareas del verano y el zapin en el baño, habrá que pasarlo varias veces durante las vacaciones.

Ahora solo queda abrir la puerta de atrás, allí esta parte de este mundo inexplicable para muchos, el refugio de la familia, un patio lleno de pasto que nos desafía, unos siempre verdes que harán sombra para los mates de cada mañana y cada tarde, los que escucharan anécdotas que jamás sabremos, quejas que jamás llegaran a su destinatarios, planes que se cumplirán a medias, pero disfrutaremos de algún asado pasajero y el obligado de tu cumpleaños. Estas terminando una nueva página y no hablaste de la cocina.

La dejamos para otra, acordate que antes de poder sacar agua de la querida bomba, hay que sacar el palo del caño que ponemos para que no entren las lauchas y hacer la zanja con el zapin para que corra el agua, así que..., ponete a trabajar.

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