
Para colmo casi siempre llovía y refrescaba un poco, así que los pasteles de tía Juanita, volaban, sabes, como cada cosa descripta aquí, los estoy viendo y saboreando, y seguro vos también, en la cocina inmensa se esta friendo, se puede escuchar el crujido, además en la mesa esta los cuadrados de masa, unos tienen dulce de membrillo y otros no, es la lógica, porque hay que cerrarlos. Y no te imaginas, cuando salen terminados con el almíbar. No te lo podes imaginar?. Es una lástima.

Porque si hay algo que nos quedo en el recuerdo a todos era la cocina de Claromecó. Hagamos un ejercicio acompañame, son las 12:30, el sol molesta, subimos, algunos con hojotas, otros con viejas alpargatas y los más en patas, son dos o tres cuadras las que nos separan del mar, pero con el hambre que venimos parecen más, estamos llegando, y a diferencia de ahora, la casa esta sola, por el costado, a medio entrar hay algún vehículo, así que para pasar, si es de costado, seguro te vas a pinchar el pie.
Si entras por el frente, el piso frío te va a dar un descanso del calor, además ahí, ni más ni menos, vas a descubrir que se esta cocinando. Al entrar va a encontrar a tío Pedro, leyendo el diario, o jugando a las cartas, si alguien se quedó y no bajó a la playa.
Volvamos a los aromas, hoy hay papas fritas… ahhhh, que delicia, se te llena el cerebro de olor a papas, si te digo arroz con estofado, o la fritura de cornalitos, que buen ejercicio.
En verdad son los deseos de algo que no volverá tal cual. Hoy te dejo así, que sigas recordando vos, y que me ayudes a recordar. Para mañana tengo otra historia que también te va a gustar.
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