viernes, 30 de enero de 2009

Cada vez peor

Se termina enero 2009 y ya estoy pensando en abandonar Claromecó.
Cada año la situación me supera más, cada año se hace más difícil la convivencia, el trabajo, la gente.
Estoy tan cansado que pareciera la cabeza se me va a caer de un costado a otro. Tengo que hacer un esfuerzo para sostenerla derecha.
Me voy sin poder hacer nada en la casa, y eso me pone mal, porque veo que cada año esta peor y no se si ya se va a poder levantar.
La humedad y la suciedad se esta adueñando de cada rincón.
No pude descansar, no pude tirar la red.
Y aquí hago una pausa.
Veo que mis hijos están en otra cosa, son muy buenos, muy educados y por suerte trabajadores, pero la vida, las amistades los están llevando por otro camino.
Parecen no entender o no querer entender que todo se acaba.
Pero creo será así, el tiempo los hará tomar responsabilidades, las que ahora esquivan y que yo ya no quiero más.
Siempre pensé otra cosa para mí, me hacia descansando un poco más, con mas paz, pero veo que la cosa viene mal, muy mal.
Tendría que hacer una pausa por estas líneas, la situación me esta ganando y el estado de ánimo me supera.
Y eso voy hacer, si quiero y tengo ganas voy a seguir más tarde.

Febrero, detalles de mi cumpleaños

Se viene febrero y todo parece tomar aromas y colores diferentes, mas nuestros, mas caseros, mas familiares. De algo me di cuenta esta mañana, febrero es mucho mas lindo. Vas a decir que boludo, porque cumplís años, en realidad es verdad, sino no estaría dándoles a las teclas, pero febrero tiene pausas. Te da tiempo para todo, para caminar en patas, por la arena, por la tosca, por el barro, o por el mar. También podes disfrutar de las sombras, del fondo de casa, del paseo del arroyo, o del vivero. A eso sumale aromas. Hoy me envolvió el aroma a cristalina, conocida por nosotros como siempre verde. Eso me llevo a esto, o sea a escribir. Y sabes a mi me encanta, ayer a la noche hable con Cristi, y pese a que nos vemos, me olfateo a la distancia. Por suerte nos vamos a ver pronto. Habrá cosas para contar y anécdotas para compartir. En las anteriores cartas, notas, en realidad no se que son estas cosas, no te conté de mi cumple. Para esta fecha nunca tuve muchos regalos, porque siempre estuvimos acá. Pero nunca falto nada, el asado al mediodía, los buñuelos y los pasteles de la tarde.


Para colmo casi siempre llovía y refrescaba un poco, así que los pasteles de tía Juanita, volaban, sabes, como cada cosa descripta aquí, los estoy viendo y saboreando, y seguro vos también, en la cocina inmensa se esta friendo, se puede escuchar el crujido, además en la mesa esta los cuadrados de masa, unos tienen dulce de membrillo y otros no, es la lógica, porque hay que cerrarlos. Y no te imaginas, cuando salen terminados con el almíbar. No te lo podes imaginar?. Es una lástima.




Porque si hay algo que nos quedo en el recuerdo a todos era la cocina de Claromecó. Hagamos un ejercicio acompañame, son las 12:30, el sol molesta, subimos, algunos con hojotas, otros con viejas alpargatas y los más en patas, son dos o tres cuadras las que nos separan del mar, pero con el hambre que venimos parecen más, estamos llegando, y a diferencia de ahora, la casa esta sola, por el costado, a medio entrar hay algún vehículo, así que para pasar, si es de costado, seguro te vas a pinchar el pie.
Si entras por el frente, el piso frío te va a dar un descanso del calor, además ahí, ni más ni menos, vas a descubrir que se esta cocinando. Al entrar va a encontrar a tío Pedro, leyendo el diario, o jugando a las cartas, si alguien se quedó y no bajó a la playa.
Volvamos a los aromas, hoy hay papas fritas… ahhhh, que delicia, se te llena el cerebro de olor a papas, si te digo arroz con estofado, o la fritura de cornalitos, que buen ejercicio.
En verdad son los deseos de algo que no volverá tal cual. Hoy te dejo así, que sigas recordando vos, y que me ayudes a recordar. Para mañana tengo otra historia que también te va a gustar.

La excusa de los viajes y los hijos…

Yo se que los canso, yo se que resulta molesto, pero repito mis historias una y otra vez, será que el ser humano quiere quedarse en esas cosas, como quedaron el viejo, los tíos, los abuelos. Además trato que en cada historia los chicos aprendan algo, por eso una y otra vez. Por eso los viajes y las constantes despedidas. Por eso el turno de Río Cuarto, por eso también esas calles y las anécdotas, las que la misma tía María quiere recordar algunas y de otras no quiere saber nada. Por eso tratar de viajar y de que vivan lo que vos viviste, por eso hacer vida de vagos, porque sos un vago nato, y a tus hijos les enseñas esas cosas sanas todavía. Por eso te empecinas en pescar con la red, por eso en buscar lo que ya no hay, tucu-tucu, lagartijas, caracoles, cangrejos, cardos, anís salvaje, calles desoladas, terrenos vacíos, árboles inmensos, pájaros libres, aguas tranquilas, medanos inmensos. Todo se acaba, todo, también vos. Y eso te pone mal, sabes que te vas terminando. Cada vez que te acostas pensas, es tiempo perdido, pero no podes mas, tenes que descansar. Hay tantas cosas por hacer, hay una casa abandonada, una habitación por terminar, un fondo sucio, pastos secos y así podría seguir hasta no se cuando. A los chicos no les importa eso, ellos por ahora lo ven como un castigo. Además ya no esta el viejo para darte una mano, no esta Paula para ayudarte. Y aquí otro capitulo, hace dos años uno hacia planes, y se nos fue Fran, nadie lo pudo asimilar, nadie podrá asimilarlo, las cosas no son igual, le ponemos pilas, pero nada es igual. Cada lugar tiene su sello, porque estuvo o porque era el plan llevarlo. Río Cuarto era uno de esos lugares. Hace un año, la cosa estaba casi terminada, y llego Josefina, en verdad una linda locura. Y a decir verdad yo no quería seguir adelante, yo estoy mas del otro lado que de este, y me pareció una falta de respeto, falta de responsabilidad, no se, era como que yo muero y una hija nace. Pero la voluntad y la gran madre que tiene la hicieron posible. Vino a acariciar el alma de quienes estamos mal, de Paula principalmente, de una mujer golpeada siempre. Dios sabrá porque es así. Solo el sabe todo esto, de cómo se da, de cómo se dio. Y aquí estamos, entre sonrisas y pañales. Lo segundo parece molesto, pero en verdad me molesta más la sonrisa de “Jóse”, como le dice la negra. Y la palabra es equivocada, no me molesta por malo. Me molesta porque tiene vida y yo no la tengo, la veo sonreír y te puedo asegurar lloro el 90% de las veces. Me veo tan lejos, tan muerto, sin poder disfrutar nada, sin poder verla crecer y la veo que nos da felicidad, y no puedo llegar a colgarme. Mis dedos se abren cada vez que llego, y así caigo, como debo caer por haberla negado. Y eso creo que es justo. Ahhh por supuesto es de Racing. Como también lo son Mariana y Santiago, Mariana más que Santi, pero los dos llevan a la academia en su sangre. Por eso todavía creo, por eso todavía sueño, ellos tienen que estar unidos. Y hay algo que sí me molesta por ahora y solo por ahora, porque se de la moral de mis hijos, me molesta que Mariana no entienda, pero también entiendo su bronca, el tiempo dirá, solo ellas sabrán de su futuro, y ahí si no estaremos para verlas. Una Lástima.

El viaje, en que viajamos y como llegamos…

Aquí vamos a coincidir en que el tema era llegar, Claromecó era la meta, y todo valía. Hemos o he viajado en todo tipo de vehículos, la playa me llamaba, el amor me llamaba, la paz me llamaba, los sonidos, los aromas, Claromecó.
Salíamos de casa, del negocio, del galpón, de Constitución, por colectivo, tren, automóvil, camioneta o estanciera, la cosa era llegar. Y los tiempos fueron cambiando, los transportes fueron cambiando. No se si recordás cruzar en la ruta 228 o en la 3, algún ómnibus de los viejos, de los que se hacían al lado del galpón de Carrocerías el Expreso.

Terminal La Estrella - Cóndor (Constitución)

A esos los siguieron los primeros camellos, doble camellos y otros que La Estrella o El Condor sacaba. En esos tiempos salían de Constitución, no de la plaza de donde se sacaban los pasajes, sino de Hornos, donde después también te vendían pasajes.

Ómnibus El Cóndor

Luego apareció la Terminal de Ómnibus, y todo se traslado más lejos. Desde Constitución también salía el tren hasta Tres Arroyos, salía del anden 13, era el que venia para estos lados. Los últimos viajes eran toda una odisea.

Andén 13 (Constitución)

Los cambios en Tandil, los dos o tres vagones que quedaban, la parada hasta que le daban vía en Vázquez. Pero se llegaba.

Andén Tandil

Estación Tres Arroyos

Entre todos estos viajes hay uno en particular de la familia, fue volviendo un mediodía en plena ruta 3, veníamos con un colectivo de tío Juan, manejaba Francisco, que con suerte iba a 28 km/h en bajada. En medio del viaje subió un policía que iba a Monte, entre Azul y Las Flores, nos paro la policía por exceso de velocidad, una locura total, pensando que el colectivo era un viejo Bedford y además manejaba Francisco. Solo nos salvo la palabra del policía que viajaba con nosotros, sino todavía estábamos demorados.


Colectivo Bedford
En los colectivos nuestros era hermoso llegar, sacabamos los asientos de atras, se tiraban colchones y veníamos durmiendo. Nos dabamos cuenta que estabamos llegando por las subidas y bajadas en el camino paralelo al vivero. Y si era de noche, buscabamos el faro, para saber si ya estabamos cerca.

martes, 20 de enero de 2009

La primera de Tío José

Hoy voy a pasear por lo de tío José, que lindo era ir a lo de tío, para muchos que todavía no lo saben, era mi padrino, que bueno era eso también, me sentía cómodo, protegido, en verdad privilegiado.
Tío José era un grande, el estaba bien con poco, estaba actualizado, siempre se reía, cuidaba su imagen, su cabello siempre bien peinado, sus bigotes arreglados, su impecable camisa Grafa, su mala costumbre de poner los documentos en el bolsillo de la camisa, y su picardía para jugar a la quiniela.
El mismo que me cagó a pedo cuando le dije que me iba a comprar una moto, ese día si se enojó, y nunca le dije que había perdido la insignia charretera que me había regalado de su paso por el ejército y haber sido dragoneante, por si no sabes qué significa esta palabra, es el merito al mejor soldado, y sabes el me dijo miles de veces, seguí la carrera Luis, no seas boludo, vos estas preparado para eso.


Las veces que me escondía en el Fargo para que me llevara a la casa, después más grande, pero no más tonto me tomaba el 302, te acordás el colectivo blanco, negro y rojo?, ya casi ni te acordas, después al desaparecer esta línea, automatizados tomábamos el 277, porque si nos pasábamos, no nos íbamos a ir mas allá de Avellaneda. Y porque no decirlo cuantas veces no frenaban en la parada de lo de tío, y nos llevaban hasta Rivadavia. Pero que importaba, íbamos a la casa de tío José.


Colectivo Fargo de Tío José

Ellos y digo ellos, por toda la familia, por ahí al estar todos los días juntos, no se daban cuenta del cariño que tío le ponía a esa casa de Páez, como la tenía cuidada, como la pintaba casi a diario. A mi me hacia muy bien ir, porque encontraba cosas que en la mía no veía o no tenia, además y estos detalles si van a traer recuerdos, tío pintaba las paredes con pintura al aceite que se usaba en esa época, y después las pintaba con sintético, eso las hacía con un brillo especial, el living era terrible, siempre arreglado, limpio, con sus sillones, el combinado y los discos, todos ordenados y sin pelearse, en ese orden compartían los tango y pasodobles, con los hits del momento comprados por las chicas, así le decíamos a Lucy y Maria Elena.

Cuando llegaba y todavía no había nadie, digo las chicas o tío, tía Mary me decía casi como una ceremonia, Luis pone música, vos que tenes buen gusto, vos que pones música linda. Y así sucedía, era imposible no poder disfrutar de ese lugar, con la ventana siempre abierta a la calle, la casa de Laurita enfrente y las mellizas al lado, Gustavo y las gallegas pegaditas. El sol invadía cada sitio del living, las sillas de madera y el tapizado de cuerina a rayitas con relieve, la mesa de madera con rueditas donde se ponía la bebida y el pan, porque no alcanzaba el lugar.

Tía Mary cocinaba siempre un poco de carne, ahora uno a la distancia, y sabiendo que nunca fuimos muy pudientes, recién ahora me doy cuenta que a veces, no siempre, tía hacia pedacitos de carne con cortes que valla a saber de donde los sacaba, pero no faltaba la carne, y como llegaba a la mesa!!, jamás lo vi y disfrute tanto como en lo de tío, llegaba en la plancha, calentito, con todo el jugo, que era repartido por el jefe en tres partes iguales, para sus hijas y para mí. Que ejemplo de vida carajo.

Antes de irme de la cocina, quiero dejarte otro menú favorito de tía, la carne arrolladita tipo matambritos, aunque ella siempre decía con su sonrisa a pleno que le movía los lentes, vamos a comer “porotos con tomate”. Creo que si llegaste hasta aquí, alguna lágrima ya se te cayó, por lo menos a mi, si, que se va hacer, será la vejez, será el amor.

Ahora bien, demos una vuelta más por el living, ahí tenes el espejo, infaltable, con ese marco en madera, pintado de color oro y puntitos de relieve. Las paredes con esos colores combinados, según la época, fuertes o tenues. Te invito a pasar, te voy a mostrar la casa sin reformas, esta habitación de pisos de madera, lustrados, y con patines, pobre de vos si no te pones patines, aunque a decir verdad a mi se me permitía, es la habitación de los tíos, por supuesto de techos altos, muebles antiguos, la foto del matrimonio, clásica, enamorados ellos, la araña de vidrio y colgantes, y la puerta contigua que da la pieza de las chicas, sus camas ordenadas, la mesa, y los roperos, y la puerta que da al pasillo compartido con tío Saquis.

Si volvemos un poco atrás, la cocina, si habremos hablado de cosas y proyectos ahí, de mis locuras y sus vidas, si habrán salidos comidas para las fiestas de fin de año, allí en el rincón podes ver vos y solo vos, la incansable batidora Kenwod, ahora decime, sin perder la cuenta, cuantos pero cuantos postres salieron ahí, cuantos postres con vainillas, cuantas cremas, y cuantas enseñanzas que hoy están utilizando las chicas.

Que detalles, que linda familia, él quería eso, ellos querían eso y lo lograron, sentí mucho la muerte de tío, pude vivir esos momentos porque estaba por allá, pero me pasó algo muy particular con tía Mary, tengo una imagen de verla siempre bien, y me quedó eso, sabes cuando me di cuenta que no estaba mas?, recién este verano, con mis condiciones de sensibilidad y predicciones. Lo sentí un mediodía, en la casa de la 17, cuando agarré una sartén negra que ella usaba, que todos usábamos, ahí me llegó tía Mary, y por suerte estaba solo, me puse a llorar y busque donde refugiarme, después llame a las chicas pero no tuve respuesta, ya que estaban de vacaciones creo, y lo compartí con tía Nené.

Lamento tanto haber perdido todo esto, creo que no disfrutamos todo lo que hubiésemos querido, lo que ellos hubieran querido, si pensas que aquí termino todo, no es así, hay capítulos especiales para “cositas” especiales. Pero bueno, ya pasó, todo pasó, hoy todo es recuerdo, si das una mirada a todo esto, dudo si todo pasó.

Racing en la promoción...

Escribí para el Racing campeón 2001.
Escribí para los 100 años de Racing.
Y no puedo dejar de escribir en esta promoción de Racing.
Coincidencia o no, en cada uno de estos hechos, siempre nos falto un ser querido a nuestro lado, un hincha de Racing.


Ayer, creo y sin lugar a dudas fue uno de esos días donde ser de Racing marca la diferencia, donde uno sabe no solo que pertenece a un club, sino que entiende de una educación, de una forma de vida. Del amor en todo tu contexto.
Cuando decimos Racing es un sentimiento, debemos decir: Racing es un sentimiento, me dirán cual es la diferencia, te diría fijate, lee bien la segunda vez, que ves ahí?? Viste?, Vos también lo viste!! Eso fue lo que vimos ayer en la cancha, lo que Pájaro me dijo antes de viajar, lo que Moni vio en el área, lo que cada uno vio en cada rincón del cilindro, lo que cada uno rezo en silencio, la lágrima en la salida del equipo, en cada canción, en el gol, en el festejo final, en el cielo, en la tierra, en el corazón, en el alma. Ahí estaban todos, en una línea de cuatro, los que ya no están y los que nos llevaron a esta locura que es Racing.


Si tendríamos que dar la formación de los cuatro según su desaparición en la cancha de la vida, seria: José, Sarquis, Jorge y Juanita. Cada uno de nosotros lo llamó a cada cual, en el momento justo y por una lógica razón. Siempre le pedimos ayuda a nuestros padres, así como nos piden nuestros hijos a nosotros, y ellos, nuestros padres no faltaron a la cita, no podían dejarnos huérfanos de éxito, no podían dejarnos que el fracaso lastimara nuestra piel corroída en cada partido, ellos jamás se permitirían ver una lágrima de tristeza en nuestras mejillas, jamás dejarían que la sonrisa se borrara de nuestra cara, y mucho menos que nuestra locura por la academia se cayera en una sola tarde.



Por eso la frase “la vieja va estar ahí”, “el viejo no nos va abandonar”, “solo Racing logra esto, tu viejo y el mío presente”, “la paloma blanca en el área”, “el fanático de Fran que no lo puede disfrutar, pero esta”, y tantos rezos al cielo. Hemos quemado todos los padrenuestros, los avemaría y los gloria. Viendo todo esto, viendo este Racing, uno se convence más en que hay que disfrutar, como sea, a los manotazos, por momentos corriendo mas que pensando, con año bueno y otro tantos malos, con el corazón mas que con la razón, con toda la furia, arremetiendo con todo, disimulando las cosas malas, hasta te diría cantando sin saber la canción y hasta con lágrimas, ya sean de alegría o de tristezas, y aquí hago una pausa y te pregunto: de que estoy hablando de la nuestras vidas o de Racing, te reís, te tomas unos segundos para pensar en lo que no hay que pensar y decís que loco esta, da igual, Racing es una muy buena razón para vivir. Disfrutalo hoy. http://www.youtube.com/watch?v=vUVgea9fr50

Recorrido y mas...

De chico uno aprende lo bueno y lo malo, lo que le gusta, lo que desea, lo hermoso y todo parece ser esto último. He recorrido las calles de Claromeco (también sus terrenos) cientos de veces, miles diría sin exagerar. En ellas crecí, viví momentos inolvidables. En estos momentos por mi cabeza pasan situaciones, hechos y fotografías de lugares.


Uñas de gato en los médanos de Claromecó

Flor amarilla de Claromecó La playa, los campeonatos de voley, el tranvía de Rondanina, las uñas de gato (hoy casi no existen), las flores amarillas que abren de noche, las lagartijas cerca del faro, el arroyo con sus lisas saltando, los gigantes medanos por donde rodábamos y caíamos con temor a los cangrejos. El ruido de los tablones del puente al paso de los autos, ni hablar de los camiones esos pasan justitos, y querés un recuerdo mas, ahí viene la chancha celeste del gordo Gamio, el va a Dunamar donde tiene la casa, mejor subamos al fierro del costado para que los tablones no te pellizquen los pies. El carrito, párrafo especial para este súper vehiculo que no era un cuatro por cuatro, pero me encantaba, solo disfrutaba de el en mis vacaciones, estaba hecho con caños y ruedas de monopatín, esos que fabricaban en el negocio allá en Gerli. El piso era de madera y tenia en sus cuatro puntas caños doblados hacia fuera, ahí colgábamos las bolsas de pan que llevábamos a la playa, las cañas mojarreras y las alpargatas húmedas. La especialidad era el traslado de la red, se enterraba en los medanos pero nos aliviaba en las calles recordá que la red era de hilo y a la vuelta pesaba cualquier cantidad, aunque con tía Mari el transporte era de ropa, toallones, mate y las infaltables galletas. La calesita y los botecitos, La Terraza hoy ver sus ultimas partes parece mentira, y si hablamos de La Terraza no podemos dejar afuera a La Choza, Llueve, Epa, Sol, El Tucu y Montoto, un lugarcito heroico, calido, donde nos refugiábamos para pasarlo bárbaro. La estafeta de Fuente en su verdulería, y nuestra pregunta diaria, hay carta para Satini. Y como no íbamos a pasar, si además de querer de nuestras familias y amigos, teníamos que ir a cargar los sifones a lo de Burgueño. Claro, sabia que iba a pasar, estoy llegando a la plaza y mientras hago la diagonal para ir al centro, ya puedo oler el humo de la leña del horno de Reinoso. Mi cerebro debe estar marcando las diesiciete y treinta. En la esquina esta Chedrese, pero tres aromas mas quedan en ese tramo, el olor de los duraznos y las uvas de la verdulería de Gesen, el de la nafta en la YPF y aquí veo que me quede corto. Se suman el de los tomates del abuelo, los parches de la gomería y la tosca húmeda por el camión regador. Al que corríamos para mojarnos a su paso. Mojarnos dije, entonces dejame entrar al recuerdo del lavadero en la YPF, que ventaja en carnaval no?. Son las 19 y la calesita ya arranco, la puso ese hombre alto que viene de Escalada, allá por donde vive tío Juan que cada vez que viene o va le trae algún repuesto. Pero antes de entrar a la calesita, hay una cita obligada, y aquí debo hacer una pausa, casi una reflexión, donde veo que la vida es inestable, sorpresiva. Había que mirar por la primer ventana, la que esta pegadita a la calesita, los artículos de pesca y cuchillos que trajo este año Casa Meléndez. Meléndez que tipo importante allá atrás hablando por radio, que bueno para Claromeco. Pienso seguirá siempre en esa esquina la radio?. Esta vez la respuesta la doy yo. Si.

Estamos fuera de temporada y mas...

Estamos fuera de temporada, casi digo vacaciones de invierno, pero en realidad es noviembre, Claromeco es distinto, llegamos en la Estanciera roja y blanca de tío Sarquis, que lindo aparato y cuanto lo quieren los dos, digo los dos porque tía Nené también la cuida, es más le hizo unas cortinitas para poner en las ventanillas y así dormir tranquilos en las paradas de la ruta.

Me di cuenta de la fecha solo por nuestro querido Racing. La anécdota de este viaje comienza con una frase mía en Juárez cuando bajamos a cargar nafta, los postes de la estación están pintados de celeste y blanco, y mi frase fue, acá también se enteraron de que Racing salió campeón, no era otro país solo estábamos a 400 Km., de casa. Pasamos Tres Arroyos, no entramos a saludar a nadie, queremos llegar, hacemos el querido camino de tierra.


Recordamos una y otra vez las cualidades de manejo de cada integrante de la familia en sus miles de viajes, con camiones Chevrolet 58 transportando hielo, diarios, comestibles, medicamentos.

Camino de tierra (Claromecó)

Y las anécdotas se agigantan cuando a este camino le ponemos lluvia, viajes de muchas horas, con chacareros ayudando con sus tractores a sacar los colectivos de la familia encajados, con la gente predispuesta a pasar este viaje aventura, otra no hay tampoco. A Polo le sucede lo mismo. Pero después de hacer algunos kilómetros nos encontramos con una grata sorpresa, nos detienen los obreros que están haciendo la ruta asfaltada, esta casi terminada, nos dejan subir a esa impecable cinta negra, miramos hacia atrás y solo queda un pedacito por hacer, allá en la punta se observa una especie de monumento, después con el tiempo, llegó su bautismo, “el pescado”.

Llegamos a un Claromeco hermoso, distinto, solitario. Solo algunas personas disfrutan de sus calles blancas, de un sol radiante, de una suave brisa y de un mar totalmente celeste. Los terrenos baldíos inundan la situación, nuestra casa esta entre dos, o más terrenos vacíos.

En verdad enfrente también, solo está la casa de Mazacane, en la esquina y mas allá hasta donde nos dá la vista hay terrenos baldíos.

Estoy con Cristi y Ana, Mónica se quedo con los abuelos y alguien muy educado y querida por todos viajo con nosotros, “Diana”, la perrita de ellas, mediana, color negrito y unos toques de marrón. Caminamos por la 17 hasta la playa, recorrimos calles y terrenos poblados por uñas de gato, algunas flores y escarabajos que intentan ocultarse del fuerte sol del mediodía. Los "tucu tucu" escarban en busca de aire fresco, algunas liebres cruzan a nuestro paso.


Diana corre y se mete en las casas vacías, en los terrenos vacíos, esa es la imagen de Claromeco en esta fecha. El mediodía llega y nosotros llegamos a casa, por un momento nos amargamos, Diana cae descompuesta en el camino hecho de ladrillos de entrada a la casa de la 17, solo podemos mirarla por la ventanita de la puerta, las chicas lloran, tía Nené con lagrimas en los ojos le pregunta a tío que puede ser, mientras la perrita gira sobre su cuerpo, solo atina a decir "comió algo en mal estado, en algún terreno comió almejas, ya se le va a pasar", o por lo menos ese es el deseo, Dios quiso que todo saliera bien, Diana se recuperó.

Cuando llega la noche refresca bastante, a decir verdad no es nada, pero nosotros estamos acostumbrados a las noches de verano. Recorremos el centro y desde la Estanciera vemos todo y no vemos nada.
Eso tiene Claromeco, lo tiene todo y no tiene nada, solo lo podes ver si lo amas, si lo llevas en el corazón, sino es imposible disfrutar de algo tan maravilloso y natural. Nos vamos a cenar, eso si no puedo recordarlo, pero recuerdo cuando fuimos a dormir a la habitación de adelante, como hacia frío dormimos vestidos, la casa no esta preparada para el invierno, por lo menos para nosotros, no así para el grillo que visita mi almohada y con broche lo atrapo, ahí queda hasta el otro día. Estoy acostado en la cama del medio, debajo de la perilla de luz. Miro el techo en la oscuridad y así comienzo a dormirme, mis imágenes del día pasan por mi cabeza, tratare de recordarlas para algún día poder contarlas.

Es lo que hago hoy. Que te pareció.

Primavera fuera de esa fecha tonta

Solo dos días de primavera viví en estos dos días, tuve la suerte de poder disfrutar el 24 y 25 de septiembre a pleno sol y casi sin viento. Y realmente los pude vivir, estuve con mis hijos, estuve en la 17, camine nuevamente las calles que cualquiera en Buenos Aires hoy quisiera caminar. Crucé la plaza, sabes que perfume tiene la plaza hoy… cerrá los ojos, acércate, vos sabés el camino, tu cerebro lo ve, caminas por la senda, ahora respira profundo… sentís?, decime si no lo sentís? es hermoso, me envuelvo de los perfumes de las acacias florecidas, las uñas de gato que muestran su corazón, los siempre verdes o cristalinas florecidas, de la flores que se van abriendo de a poco, de los pájaros que vuelven a ser protagonistas, los incansables chingolos, los finos jilgueros, los bien identificados cabecitas negras (ya quedan pocos), y las firmes torcazas.


Plaza Luis Piedrabuena (Claromeco) Salí y caminé por la costanera… la fina y oscura arena se mete en mis zapatos, pero que importa, todo vale, desde acá puedo ver el mar, esta el viento del norte suave, tranquilo, imaginate el mar… celeste, plano, inmenso, a lo lejos las lanchas, una postal.

Recorrí la 26… y llegue a la esquina, para que te voy a decir que esquina, no hace falta que te diga el lugar, solo es otro ejercicio de tu mente, ves…, te robo tiempo, tiempo de tu vida, pero seguro lo compensas con tu vuelta atrás en el tiempo. Hay! los recuerdos, que lindos… pero como duelen la puta que los parió. Pero sigo… es lo mío, es lo nuestro. Todo se renueva, todo vuelve a ser primavera, esto es lo nuevo que va a recibir la gente que venga este verano. Hay algo que puedo notar, la gente de aquí no disfruta de la misma manera. Indudablemente por mis venas corre sangre de Claromecó, la sangre que poca gente tiene, la sangre de quienes amamos un lugar, la sangre con la se nace y algunos otros, los menos, la adquieren con el tiempo.

Voy y vengo por las calles, el sol me pega en la cara, me dirás que tiene de nuevo, que tiene de distinto, en verdad lo tiene todo. Es solo pensar, recordar, en definitiva, vivir. Porque indudablemente hoy Dios se apiado nuevamente de mi, me dio un nuevo día, una nueva jornada en esta aventura de estar por aquí, por la tierra, por Claromecó. Y aquí me detengo, esta última palabra cerro una frase, será la tierra o el paraíso. Yo pienso, cuantos quisieran estar en mi lugar, mis primos y primas habrán soñado como yo vivir en Claromecó, creo que si, en cada verano que uno paso por estos lados, uno soñó. Escuche charlas donde decían y de que vas a vivir, de maestra, de que vas a trabajar, es verdad eso es lo mas duro.

Vivir en Claromecó no es nada fácil, el trabajo, el clima, los costos, todo es mucho, pero si lo amas… que haces ?. Te dejo la respuesta, es algo difícil pensar así, es difícil cambiar, es difícil vivir. Se me hizo y se me hace dificil vivir a diario, por eso te lo cuento, por eso le agradezco a Dios a cada rato en silencio, así solo, lo comparto con vos con estas letras, si te gusta y te hace bien, usemos el Dios o mejor dicho el Cristo de la familia, el que está en la entrada de Claromecó, ese Cristo que nos cuida, ese Cristo que cuida de mis hijos cada día que me voy, y de alguna manera los abandono, el mismo que los cuidará y los guiará, muy pronto, cuando yo no este más.

Besos... yo, en un día hermoso de primavera en el paraíso

Domingo 2 de marzo, último viaje y mas...

Domingo 2 de marzo de 2008, último día de la temporada de radio. Hoy estaré volviendo a Tres Arroyos. Hay mucho para hacer allá, además de allá vivimos. Pero cuantas cosas uno deja aquí, fueron dos meses y medio de un ritmo infernal, el mismo que no te deja disfrutar de nada o casi nada. Digo porque recuperé mucho tiempo con mis hijos, hemos vivido muchas horas juntos. Nos vimos, sabíamos que estábamos cerca aunque no nos viéramos, jugamos, pescamos, trabajamos juntos porque ya están grandes, o mejor dicho con más responsabilidades, uno jamás esta grande. Santi volvió a dormir conmigo, incómodos los dos, pero era compartir la última noche hasta la próxima, seguro dentro de pocos días, pero bueno esto era el verano, el también empieza las clases y todo va a cambiar. Son las ocho menos diez y salgo a la calle, me detengo en la vereda, hay muchísimo rocío, como en las últimas semanas, esta gris, muy nublado, el día no ayuda para nada. La temperatura es buena, mi cara y mis brazos me dicen 18, 19 grados, no hay viento y así comienzo mi camino a la radio, última mañana de verano. La calle esta con barro, llovió muchísimo ayer mas de sesenta y cinco milímetros, voy bajando por la 32 hasta el mar, y como siempre voy disfrutando los aromas, hoy invade el olor a mar, el clásico olor a pescado, y de fondo se escucha el mar, el silencio es total, pero el mar tiene como una rompiente particular, retumba en los frentes de las casas. Seguro esta del oeste, paso por la quince, Jalle, la de la colonia y ya casi estoy, el mar esta gris verdoso, y a la altura de Samoa se ve la correntada del arroyo que ha prevalecido por el caudal que trae de las lluvias. Llego hasta la rambla, estoy al lado del reloj, marca ocho y cinco, y el pescado arriba marca oeste clavado.

El cielo esta gris y cargado, a los lejos el faro esta casi solo, digo porque esta Fuente que quedó solo con su perro paseando en la postal cerca del Nahuel.

Miro por última vez y camino a la radio, hay que abrir y además se viene el agua.

Última jornada de verano, Dios quiera nos encuentre nuevamente el año que viene, o sea este año, temporada cero ocho, cero nueve. Hasta la vuelta. Cuídense.

Cuarenta y ocho, y mas...

Es la 01:15, estoy dormido en la habitación a medio terminar de arriba y alguien golpea mi frente, es mi hija, viene a saludarme, ha comenzado un nuevo 13 de febrero y por lógica mi cumpleaños. Mariana me saluda con nuestra clase de cariño, digo de los Satini, sin babosearnos tanto, pero con un amor incondicional, intocable, bolsa en mano me dice feliz cumpleaños. Veo que sigue gastando la plata de su sueldo en cosas, pero no es malo. Creo que estaba más ansiosa ella de que llegara el 13 que yo, ademas calculo quiso ser la primera en subir a saludar, nos quedamos en el amague del beso, pero los dos sabemos que nos queremos mucho, como con “el loco” que termina de subir y tambien me saluda, a nuestro estilo, con el nuevo “que haces gato”. También nos quedamos mirando, esta todo bien, “yo también te quiero”. Estamos todos bien, sabemos que somos felices así. Mariana ya bajó. “El loco” (Santi) baja a comer algo y deja flotando su promesa, como otras dos veces en este verano, me dice ya vengo a dormir con vos “gato”. Mañana (hoy) te van a saludar y vos vas a disimular haciendo tus clásicos chistes pelotudos, porque es tu manera de derrotar la soledad, la que siempre te acompaña. En silencio espero a Santi, mientras que por mi cabeza pasan todos los seres queridos, que aunque no se comuniquen conmigo en el día de hoy, igual sabemos cuanto nos queremos y los llevo en el corazón. Sube, nos acurrucamos y nos dormimos juntos hasta cuando salga el sol, en verdad dos cosas, casi no me deja dormir y segundo me levanté cuando todavía el sol todavía no salió. Los "nenes" Son las 07:00 de la mañana, estoy en la calle, las mismas calles que nombré en otras oportunidades, pero éstas tienen un nuevo comienzo de giro al sol, eso me dijeron. Es un nuevo año a recorrer, vuelvo a girar alrededor del sol, seguiré gastando mis suelas, mis plantas de los pies y mis años por las calles. Todavía están encendidas las luces, hoy voy a ir directo hasta la playa por la 32, camino, observo, huelo, vivo. Claromeco, todavía estoy aquí, pasa por mi cabeza. Soy tan tuyo, como vos mío. Nos conocemos, nos desafiamos, se que no voy a ganarte, pero igual te desafío, es mi naturaleza hacerlo, sino no seria yo, sino no estaría tan gastado, y mis 47 años no hubieran servido de nada. Me gusta tal cual soy, solo me faltarían algunas cositas, pero no me quejo, ya estoy grande, no maduro, pero equilibrado, por eso me resigno a muchas cosas y me siento bien. No todo es felicidad, pero hubo, hay y habrá momentos felices, como también de los otros. Que te van a contar si con lo que pasaste los últimos años tenés tu mochila llena, pero no repleta, ojo. Es lo que hay, y es mucho, que lo parió. Cuantas veces empezaste?, y como dice la canción… cuantas veces te mataron, y seguiste, viendo esto que es Claromeco, esta bien. Bien pibe.

Pasé lo de Jalle, pasé la esquina de Burgueño, solo faltan dos cuadras para llegar al mar, a tu paso comienzan a apagar las luces en las calles, veo el mar, calmo, celeste hoy, un suave contraste tiene el cielo que de a poco va tomando su clásico color celeste también, de un día que será ideal según dijeron.

En el horizonte puedo ver una luz que parpadea, es un barco que esta pescando, eso es la lógica, eso es lo que ves. Ahora deja volar tu imaginación, tus sentimientos, ahora si te creo, sabes que es él, el viejo está ahí, él también se suma a tu cumple, sino para que te hizo venir por acá, si vos nunca venís por acá, decime la verdad, siempre serpenteas el camino, con el clásico recorrido de cuando eras chico. Ahí está, solo guiñas un ojo y seguís, una sonrisa es ahogada por el recuerdo triste de no tenerlo.

La radio te espera, la gente espera, la vida espera, tus 48 años empezaron a rodar y descontando. "el pasado es polvo, el futuro es viento, si amas perdona, si no amas olvida... pues el amor nunca muere, solo cambia de lugar..."

Otro viaje peor

Hola gente, son las 06:32 de la mañana y piso nuevamente suelo de Tres Arroyos, en verdad un suelo tan mío y a la vez un suelo que no pertenece. Este suelo que eligieron mis abuelos, donde nació mi viejo, donde nacieron mis tíos, donde comenzó mi sangre, hoy parece moverse bajo mis pies. Vuelvo de Buenos Aires, de donde creo soy, pero que ya ni sé, donde todo cambió y cambia en cada viaje, ese viaje que antes era placer y donde ahora solo sumo tristeza, amargura, nostalgia y que provoca en mi una gran congoja. Será por eso que cada vez me cuesta más mover, será por eso que ya todos mis chistes no sirven, será por eso que cada vez estoy más gastado y cada vez lloro más. Es imposible ir o volver sin lágrimas en los ojos, ya no hay manera de disimular ese estado al que no quiero llegar, no se donde mirar, no se a quien dirigirme allá arriba, no encuentro la señal, un líder. Pensé que para estas situaciones tendría mas fuerzas, creí que podría dominar mis sentimientos, los impulsos, los movimientos, seguir con el liderazgo ingenuo de toda la familia, pero veo que no, solo se que todavía a cada llamado el resto me escucha, se moviliza y puedo sentir que todo se contiene, pero también reconozco que todo es mas duro. Cada viaje se hace mas difícil, para quienes se acuerdan de Tres Arroyos, la ciudad de la familia, estoy pasando por detrás de la municipalidad, a mi derecha esta la querida Parroquia de la Virgen del Carmen, y en mi camioneta como no podía ser de otra manera suena un tema que desgarra lo que todavía queda sano, es un clásico de aquellos, es más si querés entender la situación te invito a disfrutar del tema mientras lees estas líneas, http://www.youtube.com/watch?v=Xx3yXUunEq8 tengo herida el alma, derrotado mi cerebro, y mi corazón que me duele por dentro y por fuera. Tengo que refugiarme rápidamente en la radio, ya no me queda otro lugar, he perdido todo o casi todo, esto lo digo para quienes todavía insisten en el cariño y el amor de mis hijos, pero ellos tienen su vida propia por suerte, han crecido, se han formado y ya transitan la vida casi solos, por suerte me digo. Lo he dicho a los mas allegados, lo repito para quienes no lo sepan, me siento como que he traicionado todo y a todos, eso me tiene mal, me presiona cada día, a esto además hay que sumar los recuerdos y las cosas que ya no están. Que situación fulera nos queda por vivir, por ver, por sufrir, solo espero que para bien de todos, no sea una agonía tan larga, sino un viaje placentero. AÚN TENGO EL BLUES "Solía ser muy fácil Entregar mi corazón Pero he encontrado el camino difícil Encontré que el amor no era mi amigo Debería haberlo sabido todas las veces. Hace tanto, fue hace tanto tiempo Pero aún tengo el Blues para ti Solía ser muy fácil enamorarse nuevamente Pero encontré el camino difícil Es un camino que lleva al dolor Encontré que el amor era más que un simple juego Estás jugando para ganar, pero simplemente pierdes lo mismo Hace tanto, fue hace tanto tiempo Pero aún tengo el Blues para ti Hace tanto tiempo desde que vi. tu cara por primera vez Aquí en mi corazón hay un espacio vacío Donde tu solías estar Hace tanto, fue hace tanto tiempo Pero aún tengo el Blues para ti Los días vienen y se van Hay solo una cosa que yo sé Yo aún tengo el Blues para ti"

La llegada y mas...

Ahora estoy en la cocina, cuanto hay para escribir acá. En realidad cuanto hay en cada lugar, por suerte me digo, cuanto viviste Luis, cuanto cariño, cuantos recuerdos, y aunque la película pase a mil por tu cabeza, la tendrás que ir contando de a poco y así, como venga, así con lágrimas en los ojos y las muelas apretadas para no llorar. Para que?, porque no llorar, si fueron cosas buenas y ya no las tenés. Después de varias horas de viaje llegamos. Todavía me queda la vibración del 911 del 38 en los oídos.


Pero llegamos, la última parte manejaste vos, y le diste pata, además tenes que admitir que te gusta agarrar rápido la curva grande. Bajaste primero, sos de terror, te crees el amo de todo, o solo queres ver si tus cosas están en su lugar.

El alambrado esta agarrado desde el pilar del medidor que vos levantaste, la uña de gato viene del terreno de al lado, los pinitos no prendieron, los canteros tienen algo de pasto, los caracoles de adorno están ahí, las cabezas de turco florecidas, el caminito esta a medias, o sea todo esta como siempre, solo falta lo mejor, abrir de una vez la puerta y sentir el característico olor a humedad, recorrer el pasillo y llegar a la puerta que separa el mismo con la cocina, inmensa, con todo lo que hay que sacar cada año al patio de atrás, levantando la persiana que nunca engancha bien, quiero ver todo, las caña de pescar que abandono cada año, y que quedan detrás de la heladera, la red en la piecita chica, donde duerme Zeta, la pala ancha que nos espera para las tareas del verano y el zapin en el baño, habrá que pasarlo varias veces durante las vacaciones.

Ahora solo queda abrir la puerta de atrás, allí esta parte de este mundo inexplicable para muchos, el refugio de la familia, un patio lleno de pasto que nos desafía, unos siempre verdes que harán sombra para los mates de cada mañana y cada tarde, los que escucharan anécdotas que jamás sabremos, quejas que jamás llegaran a su destinatarios, planes que se cumplirán a medias, pero disfrutaremos de algún asado pasajero y el obligado de tu cumpleaños. Estas terminando una nueva página y no hablaste de la cocina.

La dejamos para otra, acordate que antes de poder sacar agua de la querida bomba, hay que sacar el palo del caño que ponemos para que no entren las lauchas y hacer la zanja con el zapin para que corra el agua, así que..., ponete a trabajar.

Llueve, la cocina y mas...

Esta nublado, recién termino de almorzar, que bueno que esta lloviendo, mi paso por la cocina es recuerdo absoluto, las gotas en el techo de chapa dividen las ideas en tres, las que se van a dormir la siesta, los que se van a La Terraza y los que se quedan hacer buñuelos.

En la loza adelante también se escucha un poco la lluvia, hay que prender la luz en toda la casa, te acordas donde estaba la de la cocina, si, detrás de la puerta en el pasillo.

Ahora estoy en el pequeño living que fue reformado, se quitó la cocina del lugar y se hizo una habitación más, y como siempre estuve acompañando ese cambio, ahí trabajamos el albañil Santagada, tío José y yo.

En este nuevo living, como en casi toda la casa, hay una pequeña gotera, nos miramos porque en realidad habíamos arreglado ese sector, pero bue, corramos la mesa, abramos los postigos y juguemos a las cartas.

Tío Pedro anota, el sabe, dibuja sus números de tanto hacer planillas en la línea 76, le gusta, y además nosotros estamos de vacaciones.

Al abrir el cajón de la derecha hace ruido, el clásico chillido, ahí hay un mazo, mejor dicho un mazo y medio, además de dos revistas del año pasado, una sin la tapa, al abrir el otro cajón chillido de por medio, encontramos un mazo entero con su caja medio rota, también hay tres velas, dos tapones de luz de repuesto, un destapador con mango de madera, y un libro que ya lleva cinco temporadas, algunos lo han leído, a otros no les importa, se llama como Analizarse con Psicoanalista Neurótico.

No me acuerdo bien donde lo compramos, me parece que fue en la librería al lado de San Iñaqui, te acordas de San Iñaqui, solo vendía tabaco y accesorios para fumadores.

Esta lloviendo y ya que salimos a la calle sin querer no podemos dejar de dar una vuelta por la galería de la terraza, que lugar tan bonito, que época por Dios, ahí adentro había artículos de pesca, librería, regalos, arriba La Terraza y Yueve abajo.

Pero volvamos a la cocina, en verdad el camino es hermoso, la tosca húmeda, la arena mojada, los pájaros a la espera de que pare acurrucados, estamos volviendo por la 32 derecho, pasaremos por delante de lo de Jalle.

Nuevamente en la cocina, que cocina loca, con una cocina y un anafe, la bomba todavía conserva su lugar y creo seguirá ahí. Resistió la llegada del bombeador que casi nunca anduvo bien, que laburo regaderas y regaderas de agua, que tiene aire, que la válvula queda abierta, pero jode cada verano.

La heladera, que hace unos años me encargue de hacer justicia, ya no está. Pero quien puede olvidar el ruido de su motor. En las largas noches de tormentas, cuando todo esta en silencio y lo único que se escucha en las habitaciones es el viento, y el murmullo de los mayores hablando de como estará mañana. Y las clásicas siestas, me parece estar escuchando el silencio, hay un parate total, todo el mundo descansa, solo de la pieza de adelante salen algunas voces bajitas son las "chicas" que hacen planes a puerta cerrada.

En la cocina esta tía Juanita terminó de lavar los platos y ahora está baldeando. Es necesario y a ella le gusta, lo hace descalza, se refresca de esa manera, el piso resbaladizo parece domado, pero es traicionero, más de uno se cayó.

En las próximas dos o tres horas la paz será infinita, solo el ruido de la heladera cortará ese silencio de la siesta, se escucharan los tres martillazos clásicos de algún techista cercano poniendo machimbre de una nueva vivienda en Claromeco, y el querido jilguero festejando el verano.

Adelante algunos comienzan a salir para la playa, otros nos hacemos los dormidos para saltar por la ventana de la piecita chica, total vamos a cortar camino por el terreno del fondo, los vamos a alcanzar en cuanto den toda la vuelta, la playa nos espera, los amigos también.

Cuando volvamos tía Juanita, tendrá la merienda lista, buñuelos calentitos para tomar con cacao, o salamines con café, o las clásicas latitas de paté que se comían sin control. La leche? del campo en la salida a la ruta, la van a buscar con el Falcon, para ellos es una salida, una distracción, es parte de su ritual, el mismo que yo hago hoy.

Recuerdo, muerte, despedida y tristeza

Objeto que se conserva para recordar a una persona, una circunstancia, un suceso. Esta es la definición del diccionario de la Real Academia Española de la palabra Recuerdo. Creo que así debo comenzar esta nueva carta hoy, y tan mal debo estar que me parece raro no ver en la definición la palabra muerte. Porque todo recuerdo que me viene a la cabeza, por lógica ya no está. Son personas, sucesos y circunstancias que ya no existen. causando dolor, un profundo dolor. Solo levemente melancolía y congoja, esa que te aprieta más el pecho, que el poco cerebro que te queda. Encontré por ahí esta definición realizada por alguien que indudablemente piensa muy diferente a mí, pero que a esa persona la deja vivir con más libertad y mucho más feliz, o por lo menos feliz. “Después de un tiempo cuando todo se vuelve recuerdo, recordar las cosas felices y que ya no volverán, nos deja un sabor agridulce en el corazón; por lo contrario los recuerdos tristes no nos afectan nuestro estado anímico, por lo tanto es mejor recordar las cosas tristes y seguir con nuestras vidas, que recordar lo feliz y sufrir melancolía”. Hoy ya no se como seguir caminando, recorriendo, visitando lugares y personas, sin ponerme mal, sin sentirme culpable de algo, o ser protagonista de un mal. De una situación triste, de una imagen borrosa, de un faltante de vida, de un pensamiento agrio. Hoy después de tantos golpes, fracasos y tristezas miras para arriba y pedís la muerte. Hoy solo sentís tristeza por dejar a tus hijos, por como quedaran ellos si vos ya no estás. Te veo hacer la “plancha” Luis, te observo que ya no sos ni por asomo ese tipo emprendedor, con fuerzas, ganas, en definitiva… vida. Y eso me preocupa, hacer la plancha sirve para descansar y luego seguir, espero por tu bien sea eso. Espero no te duermas en plena vida, sino inexorablemente te llevara a la muerte, pero bueno si lo buscas, será tu éxito escondido, tu secreto a medias, será un futuro recuerdo. Así se empieza a construir un recuerdo, lo que no sabes si será bueno o malo, si será alegre o triste, porque hoy y ayer mirando atrás, viste que no eras tan bueno como te creías, que en realidad hacías cosas para parecer bueno, ayudabas para limpiar lo malo que sos, el odio que tenes y por sobre todo querer cambiar una historia que te fue imposible. Creíste siempre ser bueno, te lo creíste y lo hiciste creer, todavía no se como, porque en realidad siempre fuiste de fracaso en fracaso. Por eso esta situación, por eso llegaste hasta aquí, por eso no hay un mas allá. Ahora solo resta esperar, me gustaría saber que, eso me pone mal, pero hay que esperar, no queda otra.

La playa, Tía Mary y mas...

Miro el reloj, que hora es?, son las 4 y las chicas ya quieren bajar, tía Mari preparó todo, es verdad ella lleva todo, jamás se va a olvidar las galletas. Las chicas solo se preocupan por las bikinis que ellas mismas se hicieron, y el bronceador como para no pelarse, quieren estar "tostadas", con mucha crema, en ese momento pensabas que tontas son..., hoy a la distancia pensas distinto, que boludas son. Bueno, veo que no pensas tan distinto. En verdad se tienen que hacer ver, por eso tía Mari lleva todo hasta casi el mástil de los bañeros y cerca de la red de voley. Ahí esta cream de la cream, el pacha, el lobo, y otros. En realidad nunca van a conseguir nada, pero bue, la ilusión es importante, tal vez se pesque algo junto a la cancha. Recuerdo los largos partidos de voley del profesor y la señora, en los que se calentaban cada vez que Tato y Tachi payasean, se burlan y ganan en cada saque. Y aunque ganen, y tengan que seguir en la cancha, igualmente la abandonan para ir a bañarse al mar, jodiendo y riéndose de todo. Ellos si saben que el verano es corto y la vida pasa por otro lado. Mientras tanto las "chicas" hacen mas de una hora que están tomado sol, se fijan que diferencia tienen entre lo tostado y la teta que esta blanca. Ya no aguanto más. Menos mal que uno tiene lo suyo y alguna "nena" baja cerca. Entonces me doy cuenta que sin bronceador, ni sol encima, ni short que llame la atención, también se puede ganar. Pero cual elijo, sos loco, ahí te das cuenta que sos loco. Ahora no des nombres, ellas ahora serán mujeres mayores, casadas, madres. En esa época jugaban al metegol, y entre jugada y jugada como se miraban, caian en tus ojos, ahí ganabas, tenias con que. Andaban en botecitos con vos, además de alguna escapada al callejón, te suena no?. La vida tiene esas cosas, no sabes donde vas a empezar, donde vas a seguir y mucho menos donde vas a terminar. Un año te hiciste amigo de un tucumano, él alquilaba en la 17 y costanera, con él veías a las chicas, hasta que una noche el padre de una de ellas frente al callejón, donde esta el portón, el viejo los amenazó, y no era para menos los vieron saliendo de la oscuridad, y tu carita te vendia. Habrá visto ella el corazón con las iniciales que le hiciste en la mesa de la terraza, donde habrá ido a parar esa mesa, adonde habrá ido a parar ella. En definitiva todo es parte del pasado, mística, palabras, letras. Todo es historia.

Año 75, la casa y mas...

Año 75, uno de los que mas recuerdo creo, 15 días trabajando a full, hay que poner los palos y las tranqueras que se hicieron en Buenos Aires. Los palos todavía están de pie, son de lapacho, el "viejo" los eligió junto a los tíos en el galpón, allí también hicieron los bisagrones, que también aún hoy se conservan, pensar que uno hace planes para que todo dure una vida, pero de que vida estamos hablando, si las puertas y ventanas se llevaron las de los abuelos, los tíos, el "viejo" y dentro de poco la mía. Por eso y sabiendo esto, me apuro y disfruto más, enseño y regalo mis cosas a mis hijos, trato de poner todo al día, día por día. Ellos aceptan las cosas a medias, no quieren ver mas allá de lo que hoy ven y es lógico. Estábamos en los palos, el de la derecha lo pusimos con José Luis, debe estar enterrado un metro y medio fácil, después de hacer el agujero con la pala nos agarrábamos de los pies y sacábamos arena con las manos, con la cabeza adentro del agujero. Las tranqueras solo van a durar un invierno, era sabido, el clima, la pintura al látex para cumplir y los clavos de mierda que le pusimos no iban a aguantar. Loa siempre verde que hace unos años los podé al ras, hoy son solo unos arbolitos que necesitan agua todos los días, por eso le hicimos una zanja desde la salida de la ducha hasta las plantas. Ahh, ese y el otro caño, el de la bomba, hay taparlos cuando se van, se acuerdan?. Ese año la banda era, Carlitos, José Luis, Jorge Sánchez, mi hermano y yo. No todos trabajábamos igual, no siempre se puede tener el mismo cariño por las cosas, sino hoy no estaría curando las heridas de la casa de la 17. Después bautizada el "country". Como premio al laburo diario y para no pasar vergüenza tío Pedro me compro un short negro con una gaviota en relieve color rojo en lo de Chedrese, por fin ahí bajamos a la playa. Ese año creo fue el último de la terraza, tres o cuatro ceniceros recorrerán nuestras casas, además de cazuelitas, cucharitas y demás recuerdos de un lugar supremo. Supremo dije, te pasaste que laburo hiciste en la casa de la 17, todavía hoy es tu orgullo y seguirá siendo para tus hijos.

La red y el "viejo"...

La orden ya esta dada, carga la red en el carrito así vamos aprovechar la tarde. El viejo la tiene clara y a nosotros nos encanta pescar. Te dije, la red se la compramos al viejo Agapito que vivía en la esquina de 17 y 28, estaba rota pero la arreglamos, arreglamos dije? que caradura. La extendimos desde la calle hasta el fondo, te das cuenta de lo que te estoy hablando, 50 metros de red, pese a mi enojo el viejo hace lo justo, la corta y la deja de 30 metros, con lo que le sacó, hace los parches, ya que hay agujeros por todo lados, recordá que la red es de hilo y las boyas de corcho, toda una artesanía de la cual aun conservo un buen pedazo. Perdí la cuenta de saber cuantas veces conté esta historia de el viejo (mi viejo) con el viejo Cristian el gran pescador, o los grandes pescadores no?. Cristian hoy tan famoso, (si te descuidas hasta corrió para Ferrari). Dicen cualquiera, pero la historia de el viejo cada es mas firme y verdadera. La reiterada, es la que yo puedo contar a cada rato y con orgullo. Mi viejo pescó con Cristian, el que le enseño todo, lo que el me enseño a mi y lo que yo le pude enseñar a mi hijo. Y lo más importante donde los tres pudimos tirar la red, pudimos pescar juntos, aunque sea una vez. Lo habrá pensado el viejo Cristian alguna vez, unir a tres generaciones a través de una red, el que decía "pibe vos tené de acá afuera que yo entro con Lolita, la yegua incansable, el que entre pasada y pasada tomaba un trago de vino, pero que no le daba al pibe, solo le decía, enjuagate la boca con agua salada, con eso podes seguir un rato más". El que se despedía con solo levantar su brazo y se iba con sus perros galgos hacia los médanos, donde los galgos cazaban liebres que por esa época estaban por la playa también. Pero Cristian les ordenaba soltarlas una vez cazadas, "primero tenia que comer el y después los perros". Esos perros que según contaba el viejo, en una de las pasadas le salvaron la vida. Con una red cargada de pescado (totalmente lógica de esa época), el viejo Cristian ordeno soltarla para que se vacíe. Entre los pescados había un alacrán de mar, su picadura según dicen es mortal.

Estoy terminando un capitulo más, el de la red, del que me queda por contar el día que bajamos con las chicas, (así le decíamos a mis primas). Estábamos al costado del tranvía de Rondanina hacia el faro, entre pasadas venían cientos de mariposas desde el mar hacia la costa, blancas, amarillas, (cuantas había en esa época), de repente la orden del viejo fue, tirense al suelo y agarrense de la red, fue instantánea, de pronto un fuerte viento nos paso por encima, cuando nos levantamos nos pregunto si estábamos bien, todo estaba en orden, solo que contra los medanos estaban las mariposas muertas por no haber podido escapar del viento que las perseguía.

26 y 9, Arbasetti y Racing...

Si preguntas por una esquina en Claromeco, seguro te dicen 26 y 9, una esquina tan nuestra como Racing. Pero justo trazo un parámetro que creo no es el mejor, o mejor dicho sí, creo es el justo. Si vemos las situaciones de una y otra referencia. Cuanto tuvimos y que poco queda, yo diría nada, si el tiempo y las malas administraciones solo nos dejan buenos recuerdos, digo de la YPF, pensaste que era Racing no?, mira como será que primero perdimos la propiedad, después los malos alquileres, y después las administraciones que vinieron tuvieron que ir cerrando partes, y ahora de quien hablo?, en verdad todo da para los dos. Pero de la YPF me encargo ahora, el lavadero, las cocheras, la gomería, el engrase, y por último como estocada final los surtidores. Que boluda es la gente verdad?, por quien lo digo y ahora no sé, de la familia hablo, de los hinchas hablo, de nosotros hablo. Temporada 2008 verano agridulce si lo hay, de los seres queridos todos hicieron el amague en venir y yo me los comí, cualquier similitud a Racing no me hago responsable, paso por la esquina y sabes que veo… nada, ya no hay nada, y cada vez va a ver menos, así es la historia Luis. No te das cuenta o no querés darte cuenta, girá sobre vos, de la YPF que queda?, la casa. Pablo ya no está, Arbasetti desapareció hace rato, y aunque pasé por aquí varias veces nunca dije nada de vos, Ana me lo recordó, no hay mucho para poner de un símbolo, es como si me dijeras hablá de Cejas, de Perfumo, todo esta dicho, glorias que pasaron y que volvieron cuando fueron convocados, dejaron lo suyo como jugadores y como técnicos, intentaron salvarnos pero salieron perjudicados. Arbasetti cerró sus puertas, detrás de ellas quedaron los metros que nos separaron del piso al techo, estanterías cargadas de cosas, recuerdo siempre las latas de grasa arriba de todo, ahora todo es un juego, en los pisos de madera que todavía crujen los chicos queman sus monedas y apuestan su ilusión. Y así, como verás me quedo sin esquina, ya no hay una 26 y 9, la misma que tuvo el primer semáforo de Claromeco allá por los "70" y que hoy esta en la 26 y 15. Toda una locura de moda. Y bueno habrá que ir acomodándose, serán así los tiempos que vienen, los invitaremos a quienes nos quieren escuchar a la verdadera 26 y 9. Nuestros hijos contaran la verdadera 26 y 9. La de sus padres, tíos, abuelos. Por allí pasaron miles de litros de nafta, digo nafta y que pasa por tu nariz, si, es el aroma de la nafta común, la que sube y baja de los viejos surtidores a manija, de los primeros surtidores Siam. También pasaron cientos de anécdotas, situaciones, de gestos solidarios con el abuelo, con el viejo, con los tíos. Te dije que el abuelo regalaba nafta a cambio de corvinas, cuanto corazón en una sola esquina. Ya te conté. pero vuelvo a recordarte los tomates de la YPF y su aroma infinito, los pinitos en los canteros, la calle de tosca, el sonido del compresor y la gente queriendo inflar una cámara de auto para ir al arroyo o al mar. Cual es la verdadera 26 y 9, la historia que contará?, si es verdad que la historia la escriben los que ganan, no tengo que dejar de tipiar, solo tengo que seguir y mostrar el amor por un lugar, por la familia, por nuestras cosas, no quiero ganar, solo quiero que la gente pueda disfrutar tan solo el cincuenta por ciento de lo que yo disfrute. Sabes… giro y giro, la puta ya no hay 26 y 9, meto mis manos en los bolsillos y camino unos pasos, y giro, no queda nada, solo oscuridad, penumbras, todo totalmente desarmado. De este lado escucho risas, no salen del chalet, tampoco del lavadero, ni de la gomería, salen del Chipi. Bueno no perdamos la ilusión, serán otras risas, jamás volveran a ser las nuestras, pero serán en la esquina de 26 y 9, Claromeco. Ché, la esquina de los Satini, no los conoces??.... NO.

Las Calles y la lluvia...

Cuantas veces puedo caminar las calles, y cuantas veces puedo recordar algo, cuantas veces podré recorrerlas otra vez, es como que cada día es diferente, único, y seguro lo és. Me dá tristeza saber que es un día menos o me pone bien saber que es un día más. Hoy descubrí un chingolo a centímetros de mi cabeza en un tamarisco de la avenida costanera, nos miramos y supimos que los dos necesitábamos de los dos, él a quien cantar, yo saber que todavía es todo un símbolo de Claromeco. Siempre lo menciono, en cada mañana de verano en el fondo de casa, en cada siesta donde se funde en mi sueño, después de cada tormenta anunciando la paz del clima.

Que bueno es poder estar en estas calles, por aquí pasamos con mis primas cientos de veces, en todo momento del día. Con el saludo obligado a doña Rosa y don Leandro, contestando casi al revés, quien es quien con su voz gruesa y su fina voz.

Ahora puedo ver las noches de la terraza, solo algunas lámparas incandescentes iluminan nuestro camino, están en cada esquina y nos parece bárbaro, entre ellas aparecen vívoras cieguitas y arañas que asustan a las desprevenidas.

En las tardes cuando llueve y para, aprovechamos para ir a la playa, el aroma invade nuestro paso, allí se mezcla el olor a tosca húmeda, arena mojada, eucalipto, anís salvaje, pino y algunas tortas que ya se hicieron en algunas casas. Hay tiempo para hacerlas, otros optan por comprar facturas en lo de Reinoso.

Que bueno en la esquina esta el charco con el clásico café con leche, nuestras patas tienen que estar ahí, es un rito en cada tormenta, como fijarnos si se llovió en algún lado de la casa, aunque tío Sarquis y tío José ya pasaron por el techo poniendo brea con bolsas de arpillera, además de pintar con sus clásicos colores claros verde, celeste y rosa. Además si se llueve un poco seguro subiremos con tío Pedro y lo vamos a solucionar.

El Fondo y mas...

Hoy me paré y me apoye en el poste de lapacho de la entrada, desde ahí con bastante signos de cansancio observaba la querida casa de la 17, así le decimos a la casa del abuelo, él la mando a construir con la ganancia de la lotería.

A pesar de ello, y como sucede siempre lo estafaron, con sus lozas que siempre se llueven, los caños de luz que jamás fueron colocados y un montón de detalles que no valen la pena enumerar. Con decirte que hasta fue construida de costado, lo que hoy nos trae problemas.

La miraba y me decía, cuantas veces más la podré ver, cuantas veces más podré deleitarme descubriendo lo que ya descubrí hace años, cuantas veces más podré soñar con dejarla en óptimas condiciones para mis hijos. Que lindo seria poder ver el final de la casa y no la casa mi final. Total para eso ya tendrá su tiempo.

En la entrada y haciendo contraste está la Lumina, que loco no?, en esa entrada por la que pasaron cuantos vehículos, me acuerdo ahora del Siam Di Tella, La Estanciera, El 38, El 128, El Valiant, y el pobre Peugeot; además de haber estado la casilla hecha con el colectivo de la línea 45.







Esa casilla la desarmamos en el 70 me parece, me acuerdo el verano, donde con barretas junto al "viejo" sacamos los parantes y las chapas, de los parantes algunos están sosteniendo el alambrado, otros quedaron del lado del vecino por lo que conté antes, otro esta cuidado y fue rescatado como símbolo de nuestros principios en la 17, en él pinte el año que me dijo el "viejo" llegaron a Claromeco. Espero mis hijos sepan comprender este gesto y lo conserven.

En el fondo hoy volví a ver parte del techo del colectivo, más de una vez pensé en tirarlo, pero es todo un símbolo, han pasado años, temporales, lluvias, vientos, y ahí sigue diciendo Retiro a uno de sus lados, es increíble. Otra parte la tire una noche en el terreno de la esquina hoy tapado por arena, ahí quedara por muchos años más, pero antes de irse de mi mano me dejó su huella, cuando la lance un clavo del techo, (recordemos que en esa época era madera y lona), cortó mi palma, así volví hasta la casa, medio enojado y medio contento, su despedida fue con todos los honores, se defendió hasta el final, como todo turco.

Les comento en el fondo y al lado ya no hay uñas de gato, tampoco anís salvaje, solo un poco de pasto y una nueva planta de acacia que nació guacha, tampoco hay perejil en el cantero, solo cabeza de turco que parece no afectarle nada, ni el paso del tiempo, ni el mal clima, ni los daños que le hacemos a diario.
También hay una plaga que plante que es como enredadera y el querido, salvador y milagroso aloe que puso el "viejo" en su paso por dos veranos en la casa. Si miramos de frente a la izquierda recordaremos ese terreno como casi un tacho de basura, en el costado entre los siempre verdes creo habremos tirado unas cuantas latitas de pate, cuantas hemos comido en los veranos, cuantas abríamos por tarde, era venir de la playa y comer con mate cocido en la vieja cocina, con la puerta abierta para que pueda entrar claridad y así ver para el fondo.


Seguro tío Pedro estará repasando el Falcon con la rejilla húmeda de agua y kerosene, como ama ese auto y no es para menos. El mismo que nos dió el susto un 13 de febrero pasando a María del Carmen por arriba.

Antes de irme del terreno de al lado, te pregunto... estarán todos los cubiertos que enterramos?. Todo tiene como un metro de tierra encima, como que el destino quiere taparlo, pero jamás podrán con la memoria. Cada tramo tiene algo, cada metro, cada centímetro.

Es levantar la cabeza y ver imágenes, hechos, personas, sonidos, aromas, movimientos, vida. Puedo ver a mis primas lavándose la cabeza con la palangana sobre el banco de madera y la regadera, a mi abuela tomando mate, galleta en mano, a mis tías a su alrededor hablando, a mis tíos siempre haciendo algo, porque siempre hay algo para hacer.


Ahí también está Marcelo conversando con doña Rosa, la esposa de don Leandro ofreciéndole una liebre, la que Zeta aceptó sin saber que no era parte del juego. Aunque parezca mentira todavía quedan algunas chapas del tinglado que hizo tío José con el gordo, que gordo? Si vos no lo conoces es el gordo Roberto Fernández, que gran tipo, un tío más, un abuelo más, hasta él conoció Claromeco, que lindo.

Ahhh debajo de ese tinglado pude disfrutar hace unos días de una corvina con mi amigo Ignacio y pude hacer unos chorizos en el cumple de mi Santi.


Solo queda podar un poco, el fondo tiene que volver a ser el fondo, donde una mañana después de la muerte de tío José, mientras rastrillábamos el pasto con el viejo, tío Pedro y hacia mate tía Juanita, escuchamos el silbido de la familia, el de la Plaza del Árbol, el mismo que usaba constantemente tío José, lo escuché, y me quedé duro, lo escuchamos y nos miramos, era de no creer, en verdad si, tío Antonio (Chedrese) venia a visitarnos y él también lo usaba.

Que hermoso recuerdo.