viernes, 30 de enero de 2009
Cada vez peor
Cada año la situación me supera más, cada año se hace más difícil la convivencia, el trabajo, la gente.
Estoy tan cansado que pareciera la cabeza se me va a caer de un costado a otro. Tengo que hacer un esfuerzo para sostenerla derecha.
Me voy sin poder hacer nada en la casa, y eso me pone mal, porque veo que cada año esta peor y no se si ya se va a poder levantar.
La humedad y la suciedad se esta adueñando de cada rincón.
No pude descansar, no pude tirar la red.
Y aquí hago una pausa.
Veo que mis hijos están en otra cosa, son muy buenos, muy educados y por suerte trabajadores, pero la vida, las amistades los están llevando por otro camino.
Parecen no entender o no querer entender que todo se acaba.
Pero creo será así, el tiempo los hará tomar responsabilidades, las que ahora esquivan y que yo ya no quiero más.
Siempre pensé otra cosa para mí, me hacia descansando un poco más, con mas paz, pero veo que la cosa viene mal, muy mal.
Tendría que hacer una pausa por estas líneas, la situación me esta ganando y el estado de ánimo me supera.
Y eso voy hacer, si quiero y tengo ganas voy a seguir más tarde.
Febrero, detalles de mi cumpleaños

Para colmo casi siempre llovía y refrescaba un poco, así que los pasteles de tía Juanita, volaban, sabes, como cada cosa descripta aquí, los estoy viendo y saboreando, y seguro vos también, en la cocina inmensa se esta friendo, se puede escuchar el crujido, además en la mesa esta los cuadrados de masa, unos tienen dulce de membrillo y otros no, es la lógica, porque hay que cerrarlos. Y no te imaginas, cuando salen terminados con el almíbar. No te lo podes imaginar?. Es una lástima.

Porque si hay algo que nos quedo en el recuerdo a todos era la cocina de Claromecó. Hagamos un ejercicio acompañame, son las 12:30, el sol molesta, subimos, algunos con hojotas, otros con viejas alpargatas y los más en patas, son dos o tres cuadras las que nos separan del mar, pero con el hambre que venimos parecen más, estamos llegando, y a diferencia de ahora, la casa esta sola, por el costado, a medio entrar hay algún vehículo, así que para pasar, si es de costado, seguro te vas a pinchar el pie.
Si entras por el frente, el piso frío te va a dar un descanso del calor, además ahí, ni más ni menos, vas a descubrir que se esta cocinando. Al entrar va a encontrar a tío Pedro, leyendo el diario, o jugando a las cartas, si alguien se quedó y no bajó a la playa.
Volvamos a los aromas, hoy hay papas fritas… ahhhh, que delicia, se te llena el cerebro de olor a papas, si te digo arroz con estofado, o la fritura de cornalitos, que buen ejercicio.
En verdad son los deseos de algo que no volverá tal cual. Hoy te dejo así, que sigas recordando vos, y que me ayudes a recordar. Para mañana tengo otra historia que también te va a gustar.
La excusa de los viajes y los hijos…






El viaje, en que viajamos y como llegamos…
Salíamos de casa, del negocio, del galpón, de Constitución, por colectivo, tren, automóvil, camioneta o estanciera, la cosa era llegar. Y los tiempos fueron cambiando, los transportes fueron cambiando. No se si recordás cruzar en la ruta 228 o en la 3, algún ómnibus de los viejos, de los que se hacían al lado del galpón de Carrocerías el Expreso.

A esos los siguieron los primeros camellos, doble camellos y otros que La Estrella o El Condor sacaba. En esos tiempos salían de Constitución, no de la plaza de donde se sacaban los pasajes, sino de Hornos, donde después también te vendían pasajes.

Luego apareció la Terminal de Ómnibus, y todo se traslado más lejos. Desde Constitución también salía el tren hasta Tres Arroyos, salía del anden 13, era el que venia para estos lados. Los últimos viajes eran toda una odisea.

Los cambios en Tandil, los dos o tres vagones que quedaban, la parada hasta que le daban vía en Vázquez. Pero se llegaba.


Entre todos estos viajes hay uno en particular de la familia, fue volviendo un mediodía en plena ruta 3, veníamos con un colectivo de tío Juan, manejaba Francisco, que con suerte iba a 28 km/h en bajada. En medio del viaje subió un policía que iba a Monte, entre Azul y Las Flores, nos paro la policía por exceso de velocidad, una locura total, pensando que el colectivo era un viejo Bedford y además manejaba Francisco. Solo nos salvo la palabra del policía que viajaba con nosotros, sino todavía estábamos demorados.

Colectivo Bedford
En los colectivos nuestros era hermoso llegar, sacabamos los asientos de atras, se tiraban colchones y veníamos durmiendo. Nos dabamos cuenta que estabamos llegando por las subidas y bajadas en el camino paralelo al vivero. Y si era de noche, buscabamos el faro, para saber si ya estabamos cerca.
martes, 20 de enero de 2009
La primera de Tío José
Tío José era un grande, el estaba bien con poco, estaba actualizado, siempre se reía, cuidaba su imagen, su cabello siempre bien peinado, sus bigotes arreglados, su impecable camisa Grafa, su mala costumbre de poner los documentos en el bolsillo de la camisa, y su picardía para jugar a la quiniela.
El mismo que me cagó a pedo cuando le dije que me iba a comprar una moto, ese día si se enojó, y nunca le dije que había perdido la insignia charretera que me había regalado de su paso por el ejército y haber sido dragoneante, por si no sabes qué significa esta palabra, es el merito al mejor soldado, y sabes el me dijo miles de veces, seguí la carrera Luis, no seas boludo, vos estas preparado para eso.
Las veces que me escondía en el Fargo para que me llevara a la casa, después más grande, pero no más tonto me tomaba el 302, te acordás el colectivo blanco, negro y rojo?, ya casi ni te acordas, después al desaparecer esta línea, automatizados tomábamos el 277, porque si nos pasábamos, no nos íbamos a ir mas allá de Avellaneda. Y porque no decirlo cuantas veces no frenaban en la parada de lo de tío, y nos llevaban hasta Rivadavia. Pero que importaba, íbamos a la casa de tío José.

Colectivo Fargo de Tío José
Ellos y digo ellos, por toda la familia, por ahí al estar todos los días juntos, no se daban cuenta del cariño que tío le ponía a esa casa de Páez, como la tenía cuidada, como la pintaba casi a diario. A mi me hacia muy bien ir, porque encontraba cosas que en la mía no veía o no tenia, además y estos detalles si van a traer recuerdos, tío pintaba las paredes con pintura al aceite que se usaba en esa época, y después las pintaba con sintético, eso las hacía con un brillo especial, el living era terrible, siempre arreglado, limpio, con sus sillones, el combinado y los discos, todos ordenados y sin pelearse, en ese orden compartían los tango y pasodobles, con los hits del momento comprados por las chicas, así le decíamos a Lucy y Maria Elena.

Tía Mary cocinaba siempre un poco de carne, ahora uno a la distancia, y sabiendo que nunca fuimos muy pudientes, recién ahora me doy cuenta que a veces, no siempre, tía hacia pedacitos de carne con cortes que valla a saber de donde los sacaba, pero no faltaba la carne, y como llegaba a la mesa!!, jamás lo vi y disfrute tanto como en lo de tío, llegaba en la plancha, calentito, con todo el jugo, que era repartido por el jefe en tres partes iguales, para sus hijas y para mí. Que ejemplo de vida carajo.
Antes de irme de la cocina, quiero dejarte otro menú favorito de tía, la carne arrolladita tipo matambritos, aunque ella siempre decía con su sonrisa a pleno que le movía los lentes, vamos a comer “porotos con tomate”. Creo que si llegaste hasta aquí, alguna lágrima ya se te cayó, por lo menos a mi, si, que se va hacer, será la vejez, será el amor.
Ahora bien, demos una vuelta más por el living, ahí tenes el espejo, infaltable, con ese marco en madera, pintado de color oro y puntitos de relieve. Las paredes con esos colores combinados, según la época, fuertes o tenues. Te invito a pasar, te voy a mostrar la casa sin reformas, esta habitación de pisos de madera, lustrados, y con patines, pobre de vos si no te pones patines, aunque a decir verdad a mi se me permitía, es la habitación de los tíos, por supuesto de techos altos, muebles antiguos, la foto del matrimonio, clásica, enamorados ellos, la araña de vidrio y colgantes, y la puerta contigua que da la pieza de las chicas, sus camas ordenadas, la mesa, y los roperos, y la puerta que da al pasillo compartido con tío Saquis.
Si volvemos un poco atrás, la cocina, si habremos hablado de cosas y proyectos ahí, de mis locuras y sus vidas, si habrán salidos comidas para las fiestas de fin de año, allí en el rincón podes ver vos y solo vos, la incansable batidora Kenwod, ahora decime, sin perder la cuenta, cuantos pero cuantos postres salieron ahí, cuantos postres con vainillas, cuantas cremas, y cuantas enseñanzas que hoy están utilizando las chicas.
Que detalles, que linda familia, él quería eso, ellos querían eso y lo lograron, sentí mucho la muerte de tío, pude vivir esos momentos porque estaba por allá, pero me pasó algo muy particular con tía Mary, tengo una imagen de verla siempre bien, y me quedó eso, sabes cuando me di cuenta que no estaba mas?, recién este verano, con mis condiciones de sensibilidad y predicciones. Lo sentí un mediodía, en la casa de la 17, cuando agarré una sartén negra que ella usaba, que todos usábamos, ahí me llegó tía Mary, y por suerte estaba solo, me puse a llorar y busque donde refugiarme, después llame a las chicas pero no tuve respuesta, ya que estaban de vacaciones creo, y lo compartí con tía Nené.
Lamento tanto haber perdido todo esto, creo que no disfrutamos todo lo que hubiésemos querido, lo que ellos hubieran querido, si pensas que aquí termino todo, no es así, hay capítulos especiales para “cositas” especiales. Pero bueno, ya pasó, todo pasó, hoy todo es recuerdo, si das una mirada a todo esto, dudo si todo pasó.
Racing en la promoción...
Escribí para los 100 años de Racing.
Y no puedo dejar de escribir en esta promoción de Racing.
Coincidencia o no, en cada uno de estos hechos, siempre nos falto un ser querido a nuestro lado, un hincha de Racing.

Ayer, creo y sin lugar a dudas fue uno de esos días donde ser de Racing marca la diferencia, donde uno sabe no solo que pertenece a un club, sino que entiende de una educación, de una forma de vida. Del amor en todo tu contexto.
Cuando decimos Racing es un sentimiento, debemos decir: Racing es un sentimiento, me dirán cual es la diferencia, te diría fijate, lee bien la segunda vez, que ves ahí?? Viste?, Vos también lo viste!! Eso fue lo que vimos ayer en la cancha, lo que Pájaro me dijo antes de viajar, lo que Moni vio en el área, lo que cada uno vio en cada rincón del cilindro, lo que cada uno rezo en silencio, la lágrima en la salida del equipo, en cada canción, en el gol, en el festejo final, en el cielo, en la tierra, en el corazón, en el alma. Ahí estaban todos, en una línea de cuatro, los que ya no están y los que nos llevaron a esta locura que es Racing.

Si tendríamos que dar la formación de los cuatro según su desaparición en la cancha de la vida, seria: José, Sarquis, Jorge y Juanita. Cada uno de nosotros lo llamó a cada cual, en el momento justo y por una lógica razón. Siempre le pedimos ayuda a nuestros padres, así como nos piden nuestros hijos a nosotros, y ellos, nuestros padres no faltaron a la cita, no podían dejarnos huérfanos de éxito, no podían dejarnos que el fracaso lastimara nuestra piel corroída en cada partido, ellos jamás se permitirían ver una lágrima de tristeza en nuestras mejillas, jamás dejarían que la sonrisa se borrara de nuestra cara, y mucho menos que nuestra locura por la academia se cayera en una sola tarde.


Por eso la frase “la vieja va estar ahí”, “el viejo no nos va abandonar”, “solo Racing logra esto, tu viejo y el mío presente”, “la paloma blanca en el área”, “el fanático de Fran que no lo puede disfrutar, pero esta”, y tantos rezos al cielo. Hemos quemado todos los padrenuestros, los avemaría y los gloria. Viendo todo esto, viendo este Racing, uno se convence más en que hay que disfrutar, como sea, a los manotazos, por momentos corriendo mas que pensando, con año bueno y otro tantos malos, con el corazón mas que con la razón, con toda la furia, arremetiendo con todo, disimulando las cosas malas, hasta te diría cantando sin saber la canción y hasta con lágrimas, ya sean de alegría o de tristezas, y aquí hago una pausa y te pregunto: de que estoy hablando de la nuestras vidas o de Racing, te reís, te tomas unos segundos para pensar en lo que no hay que pensar y decís que loco esta, da igual, Racing es una muy buena razón para vivir. Disfrutalo hoy. http://www.youtube.com/watch?v=vUVgea9fr50


Recorrido y mas...

Uñas de gato en los médanos de Claromecó


Estamos fuera de temporada y mas...


Recordamos una y otra vez las cualidades de manejo de cada integrante de la familia en sus miles de viajes, con camiones Chevrolet 58 transportando hielo, diarios, comestibles, medicamentos.

Y las anécdotas se agigantan cuando a este camino le ponemos lluvia, viajes de muchas horas, con chacareros ayudando con sus tractores a sacar los colectivos de la familia encajados, con la gente predispuesta a pasar este viaje aventura, otra no hay tampoco. A Polo le sucede lo mismo. Pero después de hacer algunos kilómetros nos encontramos con una grata sorpresa, nos detienen los obreros que están haciendo la ruta asfaltada, esta casi terminada, nos dejan subir a esa impecable cinta negra, miramos hacia atrás y solo queda un pedacito por hacer, allá en la punta se observa una especie de monumento, después con el tiempo, llegó su bautismo, “el pescado”.
Llegamos a un Claromeco hermoso, distinto, solitario. Solo algunas personas disfrutan de sus calles blancas, de un sol radiante, de una suave brisa y de un mar totalmente celeste. Los terrenos baldíos inundan la situación, nuestra casa esta entre dos, o más terrenos vacíos.
En verdad enfrente también, solo está la casa de Mazacane, en la esquina y mas allá hasta donde nos dá la vista hay terrenos baldíos.
Estoy con Cristi y Ana, Mónica se quedo con los abuelos y alguien muy educado y querida por todos viajo con nosotros, “Diana”, la perrita de ellas, mediana, color negrito y unos toques de marrón. Caminamos por la 17 hasta la playa, recorrimos calles y terrenos poblados por uñas de gato, algunas flores y escarabajos que intentan ocultarse del fuerte sol del mediodía. Los "tucu tucu" escarban en busca de aire fresco, algunas liebres cruzan a nuestro paso.

Cuando llega la noche refresca bastante, a decir verdad no es nada, pero nosotros estamos acostumbrados a las noches de verano. Recorremos el centro y desde la Estanciera vemos todo y no vemos nada.
Eso tiene Claromeco, lo tiene todo y no tiene nada, solo lo podes ver si lo amas, si lo llevas en el corazón, sino es imposible disfrutar de algo tan maravilloso y natural. Nos vamos a cenar, eso si no puedo recordarlo, pero recuerdo cuando fuimos a dormir a la habitación de adelante, como hacia frío dormimos vestidos, la casa no esta preparada para el invierno, por lo menos para nosotros, no así para el grillo que visita mi almohada y con broche lo atrapo, ahí queda hasta el otro día. Estoy acostado en la cama del medio, debajo de la perilla de luz. Miro el techo en la oscuridad y así comienzo a dormirme, mis imágenes del día pasan por mi cabeza, tratare de recordarlas para algún día poder contarlas.
Es lo que hago hoy. Que te pareció.
Primavera fuera de esa fecha tonta
Plaza Luis Piedrabuena (Claromeco) Salí y caminé por la costanera… la fina y oscura arena se mete en mis zapatos, pero que importa, todo vale, desde acá puedo ver el mar, esta el viento del norte suave, tranquilo, imaginate el mar… celeste, plano, inmenso, a lo lejos las lanchas, una postal.
Recorrí la 26… y llegue a la esquina, para que te voy a decir que esquina, no hace falta que te diga el lugar, solo es otro ejercicio de tu mente, ves…, te robo tiempo, tiempo de tu vida, pero seguro lo compensas con tu vuelta atrás en el tiempo. Hay! los recuerdos, que lindos… pero como duelen la puta que los parió. Pero sigo… es lo mío, es lo nuestro. Todo se renueva, todo vuelve a ser primavera, esto es lo nuevo que va a recibir la gente que venga este verano. Hay algo que puedo notar, la gente de aquí no disfruta de la misma manera. Indudablemente por mis venas corre sangre de Claromecó, la sangre que poca gente tiene, la sangre de quienes amamos un lugar, la sangre con la se nace y algunos otros, los menos, la adquieren con el tiempo.
Voy y vengo por las calles, el sol me pega en la cara, me dirás que tiene de nuevo, que tiene de distinto, en verdad lo tiene todo. Es solo pensar, recordar, en definitiva, vivir. Porque indudablemente hoy Dios se apiado nuevamente de mi, me dio un nuevo día, una nueva jornada en esta aventura de estar por aquí, por la tierra, por Claromecó. Y aquí me detengo, esta última palabra cerro una frase, será la tierra o el paraíso. Yo pienso, cuantos quisieran estar en mi lugar, mis primos y primas habrán soñado como yo vivir en Claromecó, creo que si, en cada verano que uno paso por estos lados, uno soñó. Escuche charlas donde decían y de que vas a vivir, de maestra, de que vas a trabajar, es verdad eso es lo mas duro.
Vivir en Claromecó no es nada fácil, el trabajo, el clima, los costos, todo es mucho, pero si lo amas… que haces ?. Te dejo la respuesta, es algo difícil pensar así, es difícil cambiar, es difícil vivir. Se me hizo y se me hace dificil vivir a diario, por eso te lo cuento, por eso le agradezco a Dios a cada rato en silencio, así solo, lo comparto con vos con estas letras, si te gusta y te hace bien, usemos el Dios o mejor dicho el Cristo de la familia, el que está en la entrada de Claromecó, ese Cristo que nos cuida, ese Cristo que cuida de mis hijos cada día que me voy, y de alguna manera los abandono, el mismo que los cuidará y los guiará, muy pronto, cuando yo no este más.
Besos... yo, en un día hermoso de primavera en el paraíso
Domingo 2 de marzo, último viaje y mas...
El cielo esta gris y cargado, a los lejos el faro esta casi solo, digo porque esta Fuente que quedó solo con su perro paseando en la postal cerca del Nahuel.
Miro por última vez y camino a la radio, hay que abrir y además se viene el agua.
Última jornada de verano, Dios quiera nos encuentre nuevamente el año que viene, o sea este año, temporada cero ocho, cero nueve. Hasta la vuelta. Cuídense.
Cuarenta y ocho, y mas...

Pasé lo de Jalle, pasé la esquina de Burgueño, solo faltan dos cuadras para llegar al mar, a tu paso comienzan a apagar las luces en las calles, veo el mar, calmo, celeste hoy, un suave contraste tiene el cielo que de a poco va tomando su clásico color celeste también, de un día que será ideal según dijeron.
En el horizonte puedo ver una luz que parpadea, es un barco que esta pescando, eso es la lógica, eso es lo que ves. Ahora deja volar tu imaginación, tus sentimientos, ahora si te creo, sabes que es él, el viejo está ahí, él también se suma a tu cumple, sino para que te hizo venir por acá, si vos nunca venís por acá, decime la verdad, siempre serpenteas el camino, con el clásico recorrido de cuando eras chico. Ahí está, solo guiñas un ojo y seguís, una sonrisa es ahogada por el recuerdo triste de no tenerlo.
La radio te espera, la gente espera, la vida espera, tus 48 años empezaron a rodar y descontando. "el pasado es polvo, el futuro es viento, si amas perdona, si no amas olvida... pues el amor nunca muere, solo cambia de lugar..."
Otro viaje peor
La llegada y mas...

Llueve, la cocina y mas...
En la loza adelante también se escucha un poco la lluvia, hay que prender la luz en toda la casa, te acordas donde estaba la de la cocina, si, detrás de la puerta en el pasillo.
Ahora estoy en el pequeño living que fue reformado, se quitó la cocina del lugar y se hizo una habitación más, y como siempre estuve acompañando ese cambio, ahí trabajamos el albañil Santagada, tío José y yo.
En este nuevo living, como en casi toda la casa, hay una pequeña gotera, nos miramos porque en realidad habíamos arreglado ese sector, pero bue, corramos la mesa, abramos los postigos y juguemos a las cartas.
Tío Pedro anota, el sabe, dibuja sus números de tanto hacer planillas en la línea 76, le gusta, y además nosotros estamos de vacaciones.
Al abrir el cajón de la derecha hace ruido, el clásico chillido, ahí hay un mazo, mejor dicho un mazo y medio, además de dos revistas del año pasado, una sin la tapa, al abrir el otro cajón chillido de por medio, encontramos un mazo entero con su caja medio rota, también hay tres velas, dos tapones de luz de repuesto, un destapador con mango de madera, y un libro que ya lleva cinco temporadas, algunos lo han leído, a otros no les importa, se llama como Analizarse con Psicoanalista Neurótico.
No me acuerdo bien donde lo compramos, me parece que fue en la librería al lado de San Iñaqui, te acordas de San Iñaqui, solo vendía tabaco y accesorios para fumadores.
Esta lloviendo y ya que salimos a la calle sin querer no podemos dejar de dar una vuelta por la galería de la terraza, que lugar tan bonito, que época por Dios, ahí adentro había artículos de pesca, librería, regalos, arriba La Terraza y Yueve abajo.
Pero volvamos a la cocina, en verdad el camino es hermoso, la tosca húmeda, la arena mojada, los pájaros a la espera de que pare acurrucados, estamos volviendo por la 32 derecho, pasaremos por delante de lo de Jalle.
Nuevamente en la cocina, que cocina loca, con una cocina y un anafe, la bomba todavía conserva su lugar y creo seguirá ahí. Resistió la llegada del bombeador que casi nunca anduvo bien, que laburo regaderas y regaderas de agua, que tiene aire, que la válvula queda abierta, pero jode cada verano.

En la cocina esta tía Juanita terminó de lavar los platos y ahora está baldeando. Es necesario y a ella le gusta, lo hace descalza, se refresca de esa manera, el piso resbaladizo parece domado, pero es traicionero, más de uno se cayó.
En las próximas dos o tres horas la paz será infinita, solo el ruido de la heladera cortará ese silencio de la siesta, se escucharan los tres martillazos clásicos de algún techista cercano poniendo machimbre de una nueva vivienda en Claromeco, y el querido jilguero festejando el verano.
Adelante algunos comienzan a salir para la playa, otros nos hacemos los dormidos para saltar por la ventana de la piecita chica, total vamos a cortar camino por el terreno del fondo, los vamos a alcanzar en cuanto den toda la vuelta, la playa nos espera, los amigos también.
Cuando volvamos tía Juanita, tendrá la merienda lista, buñuelos calentitos para tomar con cacao, o salamines con café, o las clásicas latitas de paté que se comían sin control. La leche? del campo en la salida a la ruta, la van a buscar con el Falcon, para ellos es una salida, una distracción, es parte de su ritual, el mismo que yo hago hoy.
Recuerdo, muerte, despedida y tristeza
La playa, Tía Mary y mas...
Año 75, la casa y mas...
La red y el "viejo"...
Estoy terminando un capitulo más, el de la red, del que me queda por contar el día que bajamos con las chicas, (así le decíamos a mis primas). Estábamos al costado del tranvía de Rondanina hacia el faro, entre pasadas venían cientos de mariposas desde el mar hacia la costa, blancas, amarillas, (cuantas había en esa época), de repente la orden del viejo fue, tirense al suelo y agarrense de la red, fue instantánea, de pronto un fuerte viento nos paso por encima, cuando nos levantamos nos pregunto si estábamos bien, todo estaba en orden, solo que contra los medanos estaban las mariposas muertas por no haber podido escapar del viento que las perseguía.
26 y 9, Arbasetti y Racing...
Las Calles y la lluvia...
Que bueno es poder estar en estas calles, por aquí pasamos con mis primas cientos de veces, en todo momento del día. Con el saludo obligado a doña Rosa y don Leandro, contestando casi al revés, quien es quien con su voz gruesa y su fina voz.
Ahora puedo ver las noches de la terraza, solo algunas lámparas incandescentes iluminan nuestro camino, están en cada esquina y nos parece bárbaro, entre ellas aparecen vívoras cieguitas y arañas que asustan a las desprevenidas.
En las tardes cuando llueve y para, aprovechamos para ir a la playa, el aroma invade nuestro paso, allí se mezcla el olor a tosca húmeda, arena mojada, eucalipto, anís salvaje, pino y algunas tortas que ya se hicieron en algunas casas. Hay tiempo para hacerlas, otros optan por comprar facturas en lo de Reinoso.
Que bueno en la esquina esta el charco con el clásico café con leche, nuestras patas tienen que estar ahí, es un rito en cada tormenta, como fijarnos si se llovió en algún lado de la casa, aunque tío Sarquis y tío José ya pasaron por el techo poniendo brea con bolsas de arpillera, además de pintar con sus clásicos colores claros verde, celeste y rosa. Además si se llueve un poco seguro subiremos con tío Pedro y lo vamos a solucionar.
El Fondo y mas...
A pesar de ello, y como sucede siempre lo estafaron, con sus lozas que siempre se llueven, los caños de luz que jamás fueron colocados y un montón de detalles que no valen la pena enumerar. Con decirte que hasta fue construida de costado, lo que hoy nos trae problemas.
La miraba y me decía, cuantas veces más la podré ver, cuantas veces más podré deleitarme descubriendo lo que ya descubrí hace años, cuantas veces más podré soñar con dejarla en óptimas condiciones para mis hijos. Que lindo seria poder ver el final de la casa y no la casa mi final. Total para eso ya tendrá su tiempo.
En la entrada y haciendo contraste está la Lumina, que loco no?, en esa entrada por la que pasaron cuantos vehículos, me acuerdo ahora del Siam Di Tella, La Estanciera, El 38, El 128, El Valiant, y el pobre Peugeot; además de haber estado la casilla hecha con el colectivo de la línea 45.







En el fondo hoy volví a ver parte del techo del colectivo, más de una vez pensé en tirarlo, pero es todo un símbolo, han pasado años, temporales, lluvias, vientos, y ahí sigue diciendo Retiro a uno de sus lados, es increíble. Otra parte la tire una noche en el terreno de la esquina hoy tapado por arena, ahí quedara por muchos años más, pero antes de irse de mi mano me dejó su huella, cuando la lance un clavo del techo, (recordemos que en esa época era madera y lona), cortó mi palma, así volví hasta la casa, medio enojado y medio contento, su despedida fue con todos los honores, se defendió hasta el final, como todo turco.
También hay una plaga que plante que es como enredadera y el querido, salvador y milagroso aloe que puso el "viejo" en su paso por dos veranos en la casa. Si miramos de frente a la izquierda recordaremos ese terreno como casi un tacho de basura, en el costado entre los siempre verdes creo habremos tirado unas cuantas latitas de pate, cuantas hemos comido en los veranos, cuantas abríamos por tarde, era venir de la playa y comer con mate cocido en la vieja cocina, con la puerta abierta para que pueda entrar claridad y así ver para el fondo.


Es levantar la cabeza y ver imágenes, hechos, personas, sonidos, aromas, movimientos, vida. Puedo ver a mis primas lavándose la cabeza con la palangana sobre el banco de madera y la regadera, a mi abuela tomando mate, galleta en mano, a mis tías a su alrededor hablando, a mis tíos siempre haciendo algo, porque siempre hay algo para hacer.

Ahhh debajo de ese tinglado pude disfrutar hace unos días de una corvina con mi amigo Ignacio y pude hacer unos chorizos en el cumple de mi Santi.

Que hermoso recuerdo.