miércoles, 4 de marzo de 2009

La esperanza de encontrar nuestras cosas

Todavía quedan buenos días, todavía camino tus calles, todavía puedo ver el sol, las estrellas, una luna llena, respirar tu aire cálido con arómas perfumados.
Es bueno poder decir esto, es bueno poder compartir pensamientos, sentimientos, y dentro de estos, alegrías y tristezas.

Si me detengo y con tu ayuda, puedo ver todavía al Claromecó que amo, el Claromecó que busco y está más retirado. Solo hay que bucear entre tus calles, terrenos, playa, comercios.
Solo así podes encontrar las galletas marineras de Reinoso, la miel de Fangauf, los dulces caseros, las ciruelas de plantas guachas, las parras de las casas mas antiguas, los higos de los terrenos, los duraznos de las huertas caseras y los tomates colgados de las cañas, con ese aroma y gusto tan especial.


También y cerca del faro, todavía hay tucu-tucu, lagartijas, teros, gaviotas, horneros, calandrias, y las golondrinas.

Nunca te conté que las golondrinas en agosto comienzan a marcar la esperanza de la gente de Claromecó. Sí, aunque te parezca mentira, la llegada de las golondrinas, las flores en las uñas de gato y el florecer de las acacias, te marcan que esta llegando una nueva primavera, y con ella, el trabajo, los días mas calidos, y la esperanza de un nuevo verano.


Cuantas cosas no sabes de este Claromecó, vos sabes lo que siempre ves cada verano, pero ignoras la parte más dura, más fea, el doloroso invierno y sus problemas.
En definitiva todos sufrimos el invierno, pero uno cree que aquí es peor, lo bueno es saber que después viene el disfrute.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genio, me hiciste acordar de cosas que yá había olvidado. Es verdad, si lees y te transportas, podes vivir cada cosa en su lugar.