lunes, 24 de enero de 2011

Cortito pero sabroso como picada de “El Farolito”

Este nuevo verano trajo consigo nuevos recuerdos, nada espectacular pero sí detalles que seguro querés compartir conmigo.
Recordaba como se fue deteriorando Claromeco, como se fueron perdiendo cosas, que ni siquiera todo lo nuevo, todo lo inaugurado a fines del año pasado pueden tapar todo lo que se perdió.
Sería como querer tapar el sol con el dedo, esa frase es tan justa como adecuada para este Blog.

En Claromeco, se perdieron lugares clásicos antiguos, como también lo contemporáneo que hizo del lugar la cima de adelantos y servicios que tuvo. Y eso sin lugar a dudas fue en los ´70.
La llegada de La Estrella, el Banco Comercial, la galería de la calle 7, el Correo, el cambio del corralón municipal por falta de espacio, ahí la Terminal de Ómnibus, el Hotel La Perla, Los locales con mas comercios, la remodelación de la YPF, el cambio de los surtidores, el asfalto, la barredora municipal, el semáforo de la esquina 26 y otras cositas mas que seguramente vos me vas a ayudar a recordar.


Pero se fueron “la terminales de La Victoria y Polo”, empresas de transporte que unían Claromeco con Tres Arroyos. La Victoria estaba primero en el Bar Pablito, 26 esquina 9, para luego pasar a enfrente, sobre la calle 9, en la puerta de la verdulería de Gesen. Polo lo hacia en el Bar de El Vasco, en Av. 26 entre 9 y 7.
Cerró sus puertas el Bar de Aníbal Paz, el clásico Farolito, quien no degusto una picada en el Farolito?, ubicado frente a la antigua Terminal, con sus mesas en la vereda. Aún hoy puedo ver sus sillas de madera pintadas de Blanco, con una elegante flor pintada de colores llamativos, azul, rojo, amarillo y sus hojas verdes.
En el local de al lado, estaba un revolucionario comercio para la época, San Iñaki, solo vendía elementos para el placer de los mayores y la noche, buen tabaco, buenas pipas e interesantes juegos de mesa.
Y lo más triste para quienes hoy tenemos mi edad, es el cierre y abandono de la Terraza.
Ese lugar mágico, único, inigualable, divertido, apasionado, y así podría seguir todo el día.
Ese sitio encerraba lo necesario para los días feos de playa, porque Claromeco no tiene días feos, son días diferentes para distintas actividades.
Debajo de la Terraza funcionaba la galería, con un Klaromeko Camping Sport que te hacia detener mas de media hora en su vidriera, mirando los diferentes artículos para disfrutar de la playa, la pesca, el camping y todo el tiempo libre.
La librería del local de enfrente, el local de regalos de más atrás, y otros que estaban vacíos según la temporada.

Una lástima de un verano para otro todo se derrumbo, y nadie supo porque terminó así.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por escribirnos y enriquecernos con las fotos, es una pena que lo bueno se pierda. Lo que sin duda nunca se pierde es el afecto por el lugar.
Gabriela Miño


http://blogs.lanacion.com.ar/archivoscopio/

avic dijo...

claromecó pierde su escencia aceleradamente... su perfecta naturaleza avasallada por cuatriciclos y 4x4, sus calles, otrora senderos que invitaban a caminar y deleitarse escuchando pájaros y mirando jardines, hoy tienen el ancho de avenidas para el disfrute de quienes sin bajar el pie del acelador circulan dueños de todo. pérdida de espacios verdes irrecuperables, 'progreso' sin planificación en detrimento de su belleza natural...
AVIC